El amor de una madre es inmenso y no tiene límites. La historia de Julie Bradford y su hija son una de esas que te encantan. Bradford, de 45 años, acaba de dar a luz a su propio nieto porque su hija Jessica Jenkins que no podía ser madre a consecuencia de un cáncer cervical de unos años antes. Así, esta abuela “prestó” su vientre para que su nieto naciera.
Congelar óvulos
La joven fue diagnosticada en el 2013 y su cáncer esta en remisión desde el 2014. Luego de someterse al riguroso tratamiento de quimioterapia, quedo infértil. Pero antes de ser sometida al tratamiento, Jessica congeló sus óvulos en el hospital de la Universidad de Cardiff, en Gales.
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Jessica y su marido Rees decidieron hacer tratamiento por fertilización in vitro a comienzos de este año. “Quería ser madre desde una edad muy temprana y nuestro sueño se ha hecho realidad”. Y todo gracias a la madre de Jessica.
Cuenta Jessica que “Lograron sacarme 21 óvulos antes de que empezara la quimioterapia pero sólo 10 sobrevivieron. Estos fueron fertilizados y se transformaron en embriones, los dejaron crecer por dos semanas y luego los congelaron”.
Abuela presta su vientre
“En mayo de este año descongelaron un embrión y lo implantaron en el útero de mi madre para que ella sea el pequeño horno en el que pudiese crecer nuestra semillita” agrega. “Mi mamá es la mujer más valiente e increíble del mundo. La amo tanto por haberme dado a mi hijo”.
Para la madre y abuela “fue un honor” llevar a su nieto en su vientre y se siente plena y feliz de haber podido ayudar a su hija a cumplir con su sueño de ser madre, luego de tanto sufrimiento con el cáncer que la aqueja.
Jack nació con un peso de cerca de 3 kilos y en perfecto estado de salud.
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