El día de hoy por la mañana, un adolescente de 15 años de edad entró armado a su escuela (Colegio Americano del Noreste en Monterrey, Nuevo León) y disparó contra una maestra y sus compañeros, para después darse un tiro en la cabeza, dejando como saldo 5 graves heridos, incluido él, quien sobrevivió a su propia agresión.

La dolorosa tragedia sacude a México

Como era de esperar, el video y las imágenes del percance comenzaron a circular rápidamente en todos los medios, haciéndose virales en las redes sociales, lo cual ha causado conmoción nacional, al tal grado, que muchas personas están pidiendo a sus contactos y a los medios que dejen de compartir el explícito material de esta dolorosa tragedia que está sacudiendo a México, con diferentes mensajes como: “Cuanto más grande es la herida, más privado es el dolor. No compartas las imágenes de la tragedia, esto nos duele a todos los regiomontanos” o “No necesito ver un video de gente herida para sentirme informado”.

Opiniones divididas

Lo anterior ha generado una división de opiniones, puesto que, aunque hay muchas personas que comparten por morbo lo sucedido, muchas otras aseguran que lo hacen para mantener informados a lo demás de lo que sucede en el país y alertar a los padres del cuidado que deben tener en la educación que están dando a sus hijos, ya que nunca se había presentado un hecho como este en nuestro país.

Lo cierto es que el contenido es bastante explícito y puede herir susceptibilidades, sobre todo en los familiares de los afectados y debe haber un respeto ante su dolor; además, queda claro que  gran parte de la sociedad no está de acuerdo con que los medios aprovechen el morbo que este tipo de notas genera para ganar lectores, por lo que muchos de ellos han decidido unirse, negándose a publicar el video y las imágenes de los hechos.

Por otra parte, muchos otros medios, lejos de involucrarse en la discusión de si está bien o no seguir compartiendo el video y las imágenes, están utilizando sus espacios para abril el debate acerca de la falta de valores que se inculcan en la familia, así como la falta de control de seguridad y de crear cnciencia sobre los peligros de la portación de armas.

Cualquiera que sea nuestra postura, no es para menos que esta tragedia nos haya sacudido, lo que pasó es muy grave y, por lo mismo, debe ser tratado con absoluta seriedad tanto por los medios, como por las autoridades y la sociedad.