Cada vez son más los especialistas que concuerdan con lo mismo: el sexo trae numerosos beneficios y los más importantes son perfectos para las mujeres. Por ejemplo es un hecho que tener relaciones sexuales cuando una está con el período aumenta el placer, acostarse con la pareja todos los días mantiene una relación feliz y no podemos olvidar que el sexo mañanero hace que el resto del día sea increíble.
Para que puedas conocer de qué forma el sexo puede ayudarte a ti y a tu cuerpo, lee los siguientes puntos a continuación para que decidas motivarte en su práctica. Así reducirás el estrés, te mantendrás joven y los dolores pasarán.
1. Te ayuda a mantenerte joven por más tiempo
Puede sonar como algo muy utópico, pero es la pura y santa verdad. Tener sexo aumenta los niveles de estrógenos del organismo y eso ayuda a mantener la piel tersa y sin arrugas. Es un buen remedio para mantenerse más joven porque cuanto más se practique será mejor: se ha comprobado que si durante los 30 mantienes una actividad sexual continuada y en los 40 sigues siendo sexualmente activa, también lo serás tras la menopausia e incluso en la tercera edad.
2. Ayuda a reducir el estrés
Cada vez son más los especialistas que aseguran los beneficios del sexo y uno de los más importantes es que reduce el estrés. Las hormonas liberadas durante el acto sexual (como la estimulación de determinados nervios) se encargan de relajar todos los músculos del cuerpo y poseen un efecto tranquilizador que dura incluso varios días. Esto ayuda a manejar mejor futuras situaciones estresantes, además de mantener la tensión arterial más equilibrada.
3. Es un antídoto contra los dolores
Por si no lo sabías tener relaciones sexuales calma muchos dolores tensionales como cefaleas, calambres menstruales, espasmos del aparato digestivo, dolores musculares y molestias del síndrome premenstrual. Pero eso no es todo porque además de liberar euforizantes como las endorfinas y oxitocinas, se incrementan los niveles de corticoides naturales que tienen propiedades analgésicas.
Por: Catalina Grez M.
