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Existe un dicho muy conocido que dice “para ser bella hay que ver estrellas”, porque, aunque sean mínimos los cambios que uno se quiera hacer, estos implican algún tipo de costo o sacrificio. Sin embargo, hay algunas personas que se toman muy en serio todo lo relacionado con la apariencia física y estética, llegando a convertirse en una verdadera obsesión.

Desde que se popularizaron los tratamientos estéticos mínimamente invasivos, como la toxina botulínica tipo A, los rellenos de ácido hialurónico, los peelings, la mesoterapia, entre otros, tanto mujeres como hombres se volcaron a las consultas de médicos especialistas para hacerse unos retoques, corregir algunas imperfecciones o quitarse algunos años de encima.

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Cuando se transforma en obsesión

Sin embargo, el afán de parecerse a algún personaje de moda o para arreglar detalles que son prácticamente imperceptibles para el resto de la gente, hace que para muchas personas las cirugías estéticas se conviertan en una necesidad y una real la solución para los problemas de autoestima y aceptación social.

Para el cirujano plástico y miembro de la Sociedad Chilena de Cirugía Plástica, Roberto Prado, es muy importante que un médico sepa distinguir cuando una paciente busca arreglar alguna imperfección que es evidente o cuando va por una obsesión. “Cada intervención quirúrgica implica un cambio no sólo físico, sino que también emocional y el paciente tiene que estar estable anímicamente para adaptarse a su nueva apariencia”.

Por lo general, las personas que están obsesionadas con las cirugías estéticas tienen una fuerte necesidad de sentirse aceptados por la sociedad, por sus pares, y se forman expectativas muy alejadas de la realidad, por lo que es muy difícil que alguna vez queden conformes con los resultados.

En este sentido, “la labor de un médico no comienza el día de la cirugía, sino que parte en la primera consulta, cuando el paciente le expone lo que desea modificar de su cuerpo. En ese momento es cuando el profesional debe ser responsable y asesorar a la persona, analizando los pros y contras de la operación, explicando en qué consiste, cuáles son los riesgos y cuidados y, sobre todo, ‘aterrizando’ los resultados para que sean reales y naturales”, destaca el doctor Prado.