You are currently viewing Comodidad Femenina en la Sexualidad

Comodidad Femenina en la Sexualidad. Tanto en la consulta como en la vida cotidiana he ido percibiendo comentarios y vivencias masculinas respecto a la disposición que adoptan las mujeres en el acto sexual.

La respuesta sexual humana ha sido estudiada por diferentes especialistas en el ámbito y se han establecido curvas o líneas de manifestación que siguen un curso que no necesariamente responde de la misma forma en cada experiencia, pero si permite dar cuenta de los sucesos continuos que van cursando a medida que comienza un acercamiento erótico o pensamiento relacionado al plano sexual.

Masters y Johnson fueron los primeros en registrar los detalles físicos visibles de la excitación sexual humana. A partir de estas observaciones, desarrollaron un modelo estándar de respuesta sexual, que explicaron se dividía en cuatro fases: excitación, meseta, clímax y resolución. Tiempo después aparece la psiquiatra y terapeuta sexual Helen Singer Kaplan, quien integra otros aspectos a la respuesta sexual exponiendo como punto de entrada a ésta: “el deseo sexual”.

De esta manera, se pudo entender que por mucho que haya disposición corporal a la excitación, lubricación y congestión en la zona genital, necesariamente deben estar “las ganas” (el deseo) para  dar curso a la cadena de respuestas que como he repetido en otras ocasiones; no siempre y necesariamente debe culminar  en un orgasmo (puede haber satisfacción, sin poner a éste como el principal objetivo del acto).

Las ganas no son visibles a nivel físico, pero la excitación, básicamente y como conocimiento social, si. ¿En el hombre? La erección. ¿En la mujer? La lubricación. Obviamente hay mayores implicaciones clínicas en los cuadros relacionados a la excitación, pero para no ser inmensamente teórica, podemos plantearlo de esa forma.

¿Qué comentarios he escuchado de los caballeros?  Esto me comentan hace algunos días: “A mi me da rabia, porque las mujeres creen que por que uno tiene una erección ellas tienen la pega hecha y no es así. Yo puedo ir en el metro y por un roce, tener una erección y no es porque me calenté con algo. Ellas ven que lograron ese objetivo, y se tiran a la cama esperando que nosotros hagamos maravillas y las excitemos con técnicas majestuosas.” Otra opinión que escuché: “Ese mito que nos han dicho siempre que ellas se demoran más en excitarse que nosotros, lo único que hace, es que ellas esperen que nosotros hagamos toda la pega. Yo también quiero que se preocupe por mi, que me provoque, no por tener una erección quiere decir que ya estoy listo y dispuesto”.

Bastante reales y legítimos me parecen estos comentarios, donde tod@s deberíamos tener claro, que el deseo acompaña no sólo el inicio de la respuesta sexual, sino toda la cadena, por lo tanto, es tarea de cada miembro de la pareja, potenciarlo durante todo el acto, con el fin de incrementar la excitación y potenciar las sensaciones placenteras. El placer no sólo es una sensación corporal al recibirlo; el entregarlo también genera un feedback a la persona que lo da, que potencia la propia excitación (sentir que tú provocas excitación en el otro, te fomenta tu autoestima y por  lo mismo, el goce).

Por lo tanto, dejemos la comodidad de lado, dejemos de pensar que nuestro deseo y placer es responsabilidad de nuestra pareja e integremos que en la cama, también hay que aspirar a “la igualdad de oportunidades” (que hoy a todas les gusta tanto).

Ps. Nerea de Ugarte
Columnas www.mujerypunto.cl
Nerea de Ugarte López