Desde una tierra muy lejana, en donde fallar usualmente significa la muerte, nace una historia de esperanza.
Este hombre analfabeto hijo granjero, derribó el mito de que uno de los más grandes problemas de África sólo puede ser solucionado con ayuda exterior. Él ha conseguido volver fértiles más de 3 millones de hectáreas de zonas áridas.
Frenar el imparable desierto
En Burkina Faso vive un humilde agricultor llamado Yacouba Sawadogo. Desde hace más de 20 años, ha librado una incansable lucha para salvar los suelos de su país. Yacouba ha buscado una solución para “detener” el desierto y convertir la tierra donde vive en un lugar fértil.
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Para revivir estas tierras, el hombre usa una técnica antigua de la agricultura, que mejora la calidad del suelo. Siendo los únicos instrumentos que utiliza son una azada y la esperanza de que todo puede “florecer”.
La peligrosa sequía de los 70
En los 70, su pueblo fue víctima de una sequía que se llevó todas las plantaciones. Las precipitaciones disminuyeron en un 80% y lo que solía ser una sabana verde se convirtió en un seco desierto. Los pobladores se fueron del lugar, buscando comida, agua y una mejor calidad de vida. Sin embargo, Yacouba decidió quedarse.
La técnica “zai”
Completamente analfabeto y sin usar ningún tipo de tecnología moderna, continuó haciendo hoyos y sembrando. Yacouba implementó el olvidado método “zai” con el fin de volver las tierras verdes. Su técnica se fue perfeccionando. Aumentaba el diámetro de los hoyos para que acumularan mayor humedad para las raíces. Luego añadía paja y estiércol para conservarlas en buen estado.
Con el tiempo y después de muchos años de esfuerzo, nacieron los primeros frutos de su trabajo. Las semillas comenzaron a brotar y a crecer. Se fue dando nacimiento a los arboles, en una tierra donde ya no había esperanzas.
Gracias a las mejoras en los hoyos, permitió que el agua pudiera penetrar el suelo. Esto hizo que aumentara la cantidad de líquidos subterráneos en la zona, incrementándose por primera vez desde la sequía.
El documental en honor a un héroe
Debido a su exitosa historia el 2010 se filmó un documental en su honor, llamado ”El hombre que frenó el desierto”. Los recursos económicos acaudalados por la producción fueron destinados a restaurar los bosques en la zona y a programas de educación para agricultores.
“Me gustaría que la gente tuviera el valor de crecer a partir de sus raíces”, dice Yacouba Sawadogo.
Gracias a la paciencia y a la técnica “zai”, los otros agricultores de la zona han aprendido a cuidar mejor la tierra, adaptándose de a poco al cambio climático.
“La gente pensaba que estaba loco cuando empecé a plantar estos árboles”, indica Yacouba, “es ahora cuando se dan cuenta de los beneficios del bosque.”
Puedes ver el trailer a continuación:
Por Margarita Lira
Fotos: seguimosinformando.com
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