El significativo incremento en la última década de los llamados fitofármacos (compuestos químicos naturales) y de las terapias complementarias entre la población chilena para combatir enfermedades, se enmarca dentro de una corriente a nivel mundial, que se relaciona con la necesidad de volver a la naturaleza para buscar la sanación tanto física como espiritual o psíquica, restituyendo el equilibrio en el ser humano y, por tanto, una vida más saludable.
Según la última Encuesta Nacional de Salud, un 8,4% de los chilenos consume actualmente productos naturales con fines terapéuticos, y de este porcentaje, la mayoría utiliza terapias complementarias basadas en la naturopatía, homeopatía  y acupuntura. En países como Alemania y Francia, por ejemplo, cerca de un 44% de la población recurre a la medicina natural, mientras que en Estados Unidos, la cifra es de un 47%.
Los beneficios de estas terapias serán dadas a conocer por expertos en la materia que participarán en las jornadas de MCA Festival 2012 (7, 8 y 9 de septiembre) en el Centro Cultural Estación Mapocho; encuentro inédito en el país que persigue, entre otros objetivos, fomentar la práctica de estilos de vida saludables a través de visiones avanzadas en bienestar, conciencia, calidad de vida y desarrollo humano.
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Terapias Complementarias y una Vida más Saludable

La medicina alternativa se basa en la creencia de que el ser humano es un todo compuesto -de manera inseparable- por cuerpo, mente y espíritu.
Por lo tanto, para lograr una sanación holística o total de la persona, cualquier tratamiento de salud debe propender al equilibrio de estos tres componentes.
Según la doctora Marcela Guerra, una de las expositoras de MCA Festival, la medicina complementaria intenta producir un cambio de actitud del paciente hacia su enfermedad y su vida, un cambio de visión, de tal manera que el paciente despliegue una nueva fuerza – actitud, despertando su propia capacidad sanadora. La profesional hace una distinción entre las diversas terapias, destacando tres grandes grupos:
Medicinas ancestrales con cosmovisión propia, como las medicinas tradicionales de China, India (ayurvédica o ciencia de la vida) y la chamánica de nuestro continente.
Terapias y técnicas de uso actual que tienen su origen en medicinas ancestrales, pero que con el paso de los años se han descontextualizado, dando paso a terapias que funcionan por sí solas como el Reiki, el Shai, los masajes, la Herboterapia, los baños a vapor, la Aromaterapia y la Acupuntura, entre otras.
Técnicas originadas en Occidente que surgen en Europa hace unos 200 años, como la Naturopatía, la Medicina Antroposófica, la Homeopatía y la Medicina Biológica u Homotoxicología.
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La mayoría de estas terapias se practican en Chile, por lo que el Ministerio de Salud cuenta con un área encargada de medicinas alternativas y complementarias, la cual ha establecido un reglamento que reconoce y regula algunas de estas terapias, como la acupuntura y la homeopatía.
Biomagnetismo en Chile
Según el Centro de Salud y Educación Misogi, dentro de las medicinas complementarias, la más solicitada en el último tiempo ha sido  el Biomagnetismo Medicinal, terapia creada hace tres décadas por el célebre doctor mexicano, Isaac Goiz Durán, quien descubrió que la aplicación de magnetismo en determinados puntos del cuerpo humano resultaba de gran valor a la hora de diagnosticar y sanar diferentes patologías.

Específicamente, la terapia diseñada por Goiz consiste en la utilización de imanes pasivos que se aplican en diversas zonas del cuerpo, efectuando una especie de rastreo o escáner biomagnético, para reconocer las zonas que están alteradas energéticamente, es decir, los órganos o tejidos que están sufriendo una distorsión. Al impactar con los imanes los virus, bacterias, hongos y parásitos, que vivían en un ambiente alcalino o acido, hacen que el ambiente se vuelva neutro, eliminando así toda alteración del organismo producida por el desequilibrio energético.

Esta terapia combate una serie de patógenos que provocan diversos síntomas, lo que contribuye a mejorar la calidad de vida de los pacientes.
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