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Cada vez me encuentro con más pacientes y con muchas parejas que llegan a la consulta con dudas acerca de la normalidad en sexualidad. Parece algo bastante obvio, ya que todos experimentamos situaciones normales, pero acaso ¿Nunca hemos tenido alguna duda en torno a la sexualidad?

¿Es normal que quiera hacerlo tanto o que no tenga tantas ganas como él? ¿Es normal que yo quiera mucho a alguien pero que no me guste tanto tener relaciones? ¿Es normal que yo me demore más en llegar al orgasmo o que no tenga orgasmos en todas las relaciones? ¿Es normal tener fantasías con otras personas? ¿Es normal lubricarme tanto o tan poco? ¿Es normal que nuestras relaciones no sean como las que vemos en las películas? ¿Es normal que si pasamos mucho tiempo juntos dejemos de ser interesantes para el otro? ¿Es normal que las mujeres nos masturbemos?

Probablemente, podría estar mucho tiempo enumerando las preguntas que las personas y las parejas se hacen a diario y que muchas veces no hacen en voz alta por no quedar en vergüenza o por aparentar una experiencia sexual que no tienen y que no tendrían porque tener.

La sexualidad se aprende haciendo, nadie nace sabiendo cómo tocar, cómo besar, cómo hacer. Aprendemos desde que nacemos e incluso antes, en el vientre materno comenzamos a experimentar por primera vez sensaciones que constituirán nuestras primeras aproximaciones eróticas corporales.

El sostenimiento materno y las funciones que nuestros cuidadores ejercen en nosotros desde pequeños, nos permiten ir construyendo ese cuerpo erótico que en la adultez se pondrá en juego con otros cuerpos. Si en nuestra casa no nos tocamos, no hablamos y no recibimos información acerca de la sexualidad  y nuestro cuerpo qué esperamos que ocurra?

¿Es normal no saber acerca de lo normal con respecto a nuestra sexualidad? Si.

Mi sensación es que mujeres y hombres tenemos un discurso acerca de lo que debemos saber, pero que eso en la realidad nos está jugando en contra porque comenzamos a creer que estamos enfermos o que algo no anda bien. Y la verdad es que muchas veces es puro desconocimiento.

¿Sabes cómo estimularte? ¿Qué zonas erógenas además de las genitales tienes? ¿Sabes responderle a un hijo cuando te pregunta si es normal que le gusten niños y niñas? o ¿Cuando en un almuerzo alguien pregunta si la homosexualidad o la transexualidad son normales? Dices lo que crees o sabes realmente una respuesta que pueda dar tranquilidad y calma a alguien que la necesite… pocas veces.

Falta educación en sexualidad, falta hablar de sexualidad, nombrar nuestro cuerpo como corresponde, cuidar a nuestros hijos con amor y enseñándoles respeto por su cuerpo, partiendo porque lo conozcan, lo toquen, aprendan a poner límites y puedan preguntar. Eso es crucial.

Los invito a preguntar, no se queden con las dudas, seguro que más de alguna sorpresa se llevarán. Seguro que eso que sólo crees que te pasa a ti, le pasa a muchas personas más, es normal.

Por: Michelle Thomas Vial, psicóloga especialista en sexualidad, directora Académica del Centro de Estudios de la Sexualidad Chile. Contáctala a través de su página web: www.cesch.cl
@michellethomasv

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