Son muchos los deseos que los padres tienen para el futuro de sus hijos: que sean exitosos y que se conviertan en personas que cumplan sus metas, pero ¿es más importante enseñarles a ganar o enseñarles a intentarlo de buena forma?
Todas las mamás al final del día quieren que sus hijos sean las mejores personas posibles dentro de sus cualidades y es por eso que expertos de la facultad de Educación de la Universidad de Harvard, publicaron una serie de consejos.
Con estas herramientas se espera que los padres puedan guiar a sus hijos a ser personas felices, amables y con valores.
1. Ayúdalo a que tenga perspectiva
Lo mejor que puedes hacer por tu pequeño es enseñarle que todas las acciones tienen consecuencias. Debes mostrarle que está bien la opinión que pueda tener sobre cualquier cosa porque no todos pensamos de igual forma y nadie es dueño de la verdad. Ayúdalo a abrir su mente para que pueda ser más tolerante a futuro y así le estarás haciendo un favor.
2. Relájate como papá
Claro que importa mucho cómo le va en la escuela, sus calificaciones y hasta cómo se lleva con sus amigos, pero no por eso debes ser muy exigente. Los niños cambian a través de los años y en vez de decirle a él que solucione sus problemas, puedes apoyarlo y guiarlo. Mejor preocuparse de criar un ser humano idóneo a uno que solo le importe su rendimiento escolar.
3. Enséñale a manejar sus emociones
Las emociones son pan de cada día y nunca deberíamos avergonzarnos por lo que sentimos. Todas las sensaciones están permitidas, incluso la pena o la rabia, las cuales puedes enseñarle a controlar lentamente. Siempre es bueno canalizarlas y no explotar contra el resto.
4. Sé un claro ejemplo a seguir
Nadie es perfecto, pero sí es muy importante que lo que enseñas concuerde con los ejemplos que le das. Si quieres que aprenda valores y moral, refuerza lo que le muestras.
5. Deja que se equivoque
Como los niños aprenden rápido puedes motivarlo con ejemplos pequeños como ayudar a algún amigo. Si te pide consejos después de haberse equivocado sería bueno que le explicases qué hizo mal y cómo puede remediarlo, pero siempre deja que él lo experimente por primera vez solo porque cayendo se aprende.
Por: Catalina Grez M.
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