Sabemos que cuando las mascotas se pierden intentan volver a casa por distintos medios, ya sea por caminos o barrios que reconocen o simplemente por la ayuda de algún ser humano que llame a sus dueños. Claro que no debe ser fácil regresar al hogar y debe ser muy triste estar solo, pero lamentablemente eso es lo que ha experimentado un gato en la ciudad de Belgorod, Rusia.

Hace más de un año la familia de este animal decidió empacar sus maletas y mudarse hacia otro lugar, estaban felices de comenzar sus vidas en una ciudad distinta, pero comenzaron con el pie izquierdo: abandonaron a su gato y lo dejaron solo en plena calle. Si se iban ¿por qué no se lo llevaron?  claramente no sabían que los animales también tienen derechos.

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Imagen: Fuente.

Una situación realmente triste si consideramos que dejar botado a un animal debería ser un hecho condenable, pero eso no es lo peor de todo porque este gato optó por seguir un camino peor: nunca más se movió de allí. Quizás por un tema de afecto (porque pensó que sus dueño volverían) o fe, pero el animal no quiso moverse a ningún lugar que no fuera ese. 

Son muchos los que se han sentido afectados por la triste historia de esta gato, tanto que varios de ellos sueltan una lágrima y se les rompe el corazón cuando lo ven. Quienes pasan por ahí y lo han visto siempre, pueden dar fe en que él solo se mueve para ir en busca de alimento, pero no pasa más de media hora para que vuelva al mismo lugar. Como si fuese una especie de obsesión, este amigo de 4 patas decidió vivir donde lo dejaron abandonado. 

¿Cómo sabemos eso? muy fácil, un usuario de Facebook llamado Ostap Zadunayskiy, fue quien se dio cuenta de la situación de este gato el año pasado y comenzó a investigar su historia. Poco a poco se fue acercando a la verdad y se dio cuenta que los vecinos del lugar tenían razón: estaba solo desde que el leal felino corrió desesperadamente tras el automóvil de su antigua familia mientras esta se alejaba.

Si tenemos que ver el lado bueno de esta desgarradora histria, estamos felices de saber que no hay un animal más leal en el mundo que él.

Por: Catalina Grez M.

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