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Con el paso del tiempo y con mucho dolor, descubrí que si yo me iba con él a su planeta, en algún momento me faltaría el oxigeno y si yo lo traía a mi mundo, él tampoco podría respirar…

Hace ya más de cuatro años conocí a un hombre increíble… hasta ese entonces, mi comportamiento siempre había sido muy “correcto”, bien tradicional y sin muchos riesgos.

Yo había ingresado a trabajar como memorista en una minera y por un tema área profesional, mi lugar era en faena, pero en el sector administrativo, lo cual significaba que en estricto rigor, no habían posibilidades de conocer a alguien de la planta propiamente tal…

Como es un lugar predominantemente masculino, hay muchas normas respecto al trato con las mujeres y cada vez que ingresa una nueva, como en ese entonces lo era yo, te puedes llegar a sentir miss universo con solo ir a tomar desayuno y sentir que mil pares de ojos te observan desde algún lugar.

Por un tema de distancias, existen buses de acercamiento. Yo acostumbraba a buscar un asiento vacío, para ir me sola… pero una tarde al subir al bus, se me apretó el estómago al ver que obligadamente tendría que compartir el viaje con algún desconocido… y ahí partió todo… -¿Está desocupado?-  -si-  -Ok, gracias-.

Normalmente yo acostumbraba a dormir en el trayecto, pues cuando trabajas en minería, los horarios de levantada son bastantes satánicos… pero esa tarde no dormí…. –eres memorista- – ah.. si-, tú?-  -mantenedor mecánico-…. Y así hasta llegar a Santiago.

La tarde siguiente, solo un – hola- y con el paso de los días ya tenía mi asiento reservado cada día y por consecuencia nunca más volví a dormir en el trayecto de regreso.

Yo lo comencé a llamar astronauta, ya que utilizaba un traje blanco especial para soportar altas temperatura. Cuando visitaba la administración, yo moría… él simplemente tocaba con rudeza la puerta de mi oficina y con su traje blanco, casco y lentes de seguridad me decía  -hola, como estay?-   a mi apenas me salía un  -bien- … cerraba la puerta y yo sentía que me derretía en mi asiento…

Tuve que admitir que tenía una fantasía con él… su rudeza me seducía al máximo, cada vez que lo veía vestido con esos jeans industriales y sus herramientas… wow! me encantaba…

Recuerdo que una oportunidad una amiga venía caminando detrás de él y yo concentrada en unos documentos no miré hacia adelante… al momento de levantar la vista, mi expresión cambio completamente, y mi amiga detrás de él sonreía con picardía… cuando él se fue, me dijo “te gusta!” se te notó demasiado.

Nuestro primer beso fue en el bus… puedo sentir nervios al recordar ese primer momento, tratando que nadie fuera a notarlo y dando paso a la primera aventura de mi vida…

Fueron varios meses de pasión máxima… éramos muy diferentes, prácticamente no teníamos nada en común… nadie hubiese imaginado que terminaríamos juntos tanto tiempo…

Nos terminamos enamorando… Fue complejo lograr compartir nuestras vidas… yo tuve que adaptarme muchísimo a la suya… ir comprendiendo como pensaba su familia, su mundo, sus costumbres… pese a que mi vida era bastante tradicional, la de él me superaba.

Fueron años bellos, de esos donde descubres la hermosura de las cosas más sencillas, donde te vuelves a sorprender, donde los sentimientos son puros, limpios y todo se envuelve en una atmósfera perfecta.

Ambos fuimos creciendo muchísimo, concretando los primeros logros… nuestra relación cada vez más sólida, con sueños en conjunto, proyectos… durante 3 años, todo los balances fueron positivos… por ahí siempre había una u otra dificultad, pero todas eran menores…

Sin embargo, al llegar el cuarto año las cosas comenzaron a cambiar… tanto en mí como en él, comenzaron a nacer nuevas necesidades y nuestras prioridades eran cada vez más alejadas una de la otra… y nuestras sonrisas se estaban difuminando…

Tomar la decisión de no estar más juntos… demoró un año completo… tuvimos recesos de separaciones… volvíamos a estar juntos porque sentíamos que nos amábamos profundamente…. Pero no funcionaba… siempre volvía a surgir algún fantasma que teñía todo de angustia y tristeza…

Hace un poco más de un mes… decidimos terminar nuestra relación, lloramos juntos… hicimos el amor, nos dijimos que nos amábamos… pero con  todo el dolor que significó para ambos, el amor ya no era suficiente…. Definitivamente yo no podía respirar en el mundo de mi amado astronauta y el tampoco en el mío…

…Carolina…