Isidro baldenegro, cuando era sólo un niño presenció el asesinato de su padre por el simple hecho de oponerse a la tala de los bosques de Sierra Madre (México) en los que vive su pueblo, los indígenas tarahumara.

Lejos de asustarse y a pesar de las amenazas recibidas en una zona donde impera la violencia y en la que el Gobierno se lava las manos, Isidro Baldenegro, continúa el mismo trabajo que comenzó su padre.

Isidro Baldenegro: héroe de bosques

En 1996, Isidro “logró convencer a los comuneros de la necesidad de no tomar tan nociva decisión. Días después de la asamblea comunitaria, llegaron los contratistas (madereros) y la comunidad los rechazó”.

Su trabajo ha servido para que algunas miradas se dirijan a los valiosos bosques de Sierra Madre y hacia los tarahumara.

Isidro Baldenegro: de preso a premiado internacionalmente

Después de ser arrestado en 2003, fue adoptado como prisionero de consciencia por la Amnistía Internacional y liberado después de 15 meses en prisión, junto al retiro de todos sus cargos.

Fue premiado con el Goldman Environmental Prize en 2005, un reconocimiento por sus esfuerzos en defensa de los bosques mexicanos.

Salvemos los bosques

La lucha por los bosques es una lucha por la vida de todos. Al desaparecer los bosques perdemos un elemento indispensable para la vida: el agua. Del líquido que utilizamos diariamente, dos terceras partes son captadas en las zonas boscosas. La deforestación agrava la escasez de este vital recurso, propicia la erosión del suelo y provoca deslaves de tierra e inundaciones.

Además, los más afectados por la deforestación son las personas que viven en bosques y selvas. En su mayoría son pobres y dependen de los recursos forestales para subsistir. Al desaparecer los bosques, la gente se ve obligada a emigrar o a defender su entorno.

Por ello, no es difícil entender por qué la gente se arriesga y decide enfrentar los intereses de unos pocos depredadores, aún a costa de su libertad, su integridad física o su propia vida.

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