Sociedades antiguas y todavía hoy comunidades indígenas separaban y aislaban a las mujeres que estaban menstruando para, precisamente aprovechar al máximo el potencial vital y creativo que la mujer portaba dentro. Una información ancestral valiosa que se utilizaba para ayudar, nutrir, inspirar y dirigir a la comunidad donde habitaban. Para ponernos en contacto con estas energías creativas que se liberan durante el ciclo mensual podemos distinguir cuatro fases fisiológicas que son las fases de todo proceso creativo y también las fases de gestación de la naturaleza.

1. Muerte (culminación, menstruación)

El ciclo comenzaría con el primer día de sangrado. Un momento en el que se cierra el ciclo anterior y se da comienzo a un nuevo ciclo. Este dejar ir dura entre 3 y 5 días más o menos dependiendo de la mujer. Es éste un momento de muerte e introspección, de liberación de un ciclo que se ha completado. En esta fase la mujer tiene el potencial de contactar con ese interior frío, oscuro, receptivo que forma parte intrínseca de su naturaleza. Un momento de intimidad y aproximación a un espacio interno profundo, muy profundo, que nos recuerda unos valores hoy por hoy olvidados.

2. Renacimiento (preparación, comienzo)

Después de los días de menstruación el cuerpo de la mujer comienza a prepararse para gestar un nuevo óvulo en los ovarios, es la fase de renacimiento. Esta preparación tiene a nivel vital externo su expresión en la planificación preliminar de las ideas que darán lugar a nuevos proyectos. Esta es una fase donde podemos encontrar inspiración en todo aquello que nos rodea, pudiendo disfrutar de una forma renovada de la relación con nuestro entorno. La naturaleza intuitiva de la mujer irá seleccionando aquello en lo que ir fijando su atención pero todavía sin decidir una forma, simplemente jugando.

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3. Pensamiento (dirección)

Esta fase da paso a unos días en los que la mujer empieza a contactar con la dirección que quiere dar a esas ideas, gestándose la intención y la forma de un proyecto, idea o causa determinados. También aquí la intuición de la mujer tiene un papel relevante en la toma de decisiones y prioridades. A nivel fisiológico el óvulo ha viajado de los ovarios al útero y se encuentra en su fase más receptiva esperando a unirse a un espermatozoide. Éste es por ello un momento donde la mujer se expresa a un nivel más externo y sus deseos personales son menos importantes, se va preparando ya aquí para una posible maternidad. En esta fase la mujer puede aportar gran ayuda y nutrimento a otros miembros de su entorno o comunidad.

4. Creatividad (creación)

Y por último llegamos a los días previos a la menstruación. Uno de los momentos donde la mujer está más frenética y creativa en su vida cotidiana pues el óvulo, si no ha sido fecundado por un espermatozoide, tienen el potencial de hacerlo a otros niveles tomando la forma de proyectos y causas que se concretan y exteriorizan con la estructura y potencia natural que ha ido gestándose a lo largo de las etapas anteriores. La mujer en esta fase empieza ya a sentir la llamada interna y van creciendo recíprocamente su intuición o su lucha, conforme se adentra o se resiste a esta reunión con la parte de su naturaleza más desconocida y recóndita.

Y vuelta a empezar.

Y así llegamos de nuevo a la fase donde el óvulo y el tejido que recubre el útero son expulsado fuera del cuerpo. La mujer puede acceder aquí a su naturaleza más yin. La mujer en esta fase conecta con soluciones y salidas creativas, encuentra los matices, resuelve los enigmas. Se completa y despide un ciclo, y se va madurando el inicio del próximo.

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Parecería obvio resaltar que la forma de entrar en conexión con las energías de cada fase no proviene de la razón y el entendimiento intelectual de estos ciclos. Con este artículo corremos quizá el riesgo de que la lectura del mismo pueda generar una barrera intelectual superficial que impida un acercamiento mas vivencial. Sin embargo hemos considerado importante facilitar esta información y hacerlo desde la perspectiva integradora del ciclo básico del yin y el yang.

1. Rememora tu primera menstruación. Reúne en casa a familiares y amigos, y atrévete a celebrar ese momento como celebras tu cumpleaños. Busca entre tus recuerdos la fecha o época del año donde tuviste tu primer ciclo, si no consigues acordarte, establece una fecha simbólica. Celebra este evento anualmente; estás celebramos el inicio a la vida cíclica. En ocasiones sorprende cómo nuestra fecha de nacimiento, nuestro cumpleaños, es cercana o coincide con la fecha de nuestro primer periodo.

Aprovecha los regalos que te hagan o te hagas para lucirlos durante los días de tu menstruación a lo largo del año. Esos días vístete para ti. Elige colores que te acompañen en tu introspección: negro, marrones, violetas…

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2. Ir sincronizando tu menstruación con la Luna. A lo largo de los dos o tres primeros meses es importante observar la luna y entender cómo está funcionando tu ciclo actualmente. Posteriormente podemos empezar a sincronizar nuestro periodo con los días de Luna llena, o de Luna nueva. Sincronizarnos con la luna llena nos brinda la oportunidad de exteriorizar y dar forma en el mundo a nuestra creatividad interior. Sincronizar con la luna nueva nos lleva a un periodo de mayor introspección profundizando en el misterio y la intuición. Dependiendo del momento vital en el que nos encontremos puede apetecernos más sincronizarnos con uno u otro.

Para conseguir esta sincronización fijaremos nuestra intención en un plazo relativamente flexible de tiempo, por ejemplo 1 año, y cada mes alrededor de la 2ª semana que es la fase de nuestro ciclo mensual relacionado con la dirección y los proyectos, nos centraremos en recordar nuestro objetivo. Podemos utilizar la siguiente frase para programarnos y fijar nuestra intención en sincronizarnos “Sincronizo mi ciclo mensual interno con el ciclo de la Luna. La próxima primavera (verano/otoño/invierno) mi menstruación empezará con la Luna llena (nueva)”. Este margen de 1 año es recomendable para intentar no caer en procesos obsesivos de competencia personal, y permitir que esta pauta corporal se vaya instaurando en nuestro cuerpo de manera paulatina y relajada.

Escrito por Miranda Gray

Fuente : Mujer Despierta