Sabemos que la meditación nos ayuda en muchas cosas como por ejemplo calmarnos, entender nuestros pensamientos y mantenernos plenos. Los adultos son los que más aprovechan esta instancia porque no es nada fácil mantener la cabeza en blanco, pero recientes estudios han comprobado que incluso los niños y niñas se ven beneficiados por esta práctica: los que están en edad escolar y meditan tienen un mejor rendimiento y una relación más armónica con el entorno de su clase.
Los pequeños que sí meditan pueden avanzar en su control cognitivo y en su memoria de trabajo. Basándonos en un informe publicado en la revista Mindfunless sobre la experiencia en una escuela primaria de Corea del Sur, muchos de sus alumnos de quinto año de primaria que tenían hiperactividad y déficit atencional lograron algo fantástico. En ellos se vio que se redujo notablemente las conductas agresivas, su ansiedad y niveles de estrés después de participar 2 meses en un programa de meditación.
Según el artículo la meditación tiene un impacto significativo en la cognición cuando el cerebro está en sus etapas más tempranas de desarrollo. Esto fue comprobado en 2011 tras realizarse un estudio clínico publicado en The Journal of Child and Family Studies, que hizo una comparación directa entre adultos y niños los cuales fueron evaluados de la misma forma.
Primero se seleccionó a un grupo de menores que poseían déficit atencional y también se invitó a sus padres para que participaran el el estudio de 8 semanas. Los resultados mostraron que la meditación consciente mejoró la atención y el control de impulsos en ambos grupos, pero lo que más llamó la atención fue que las mejoras fueron sin duda más visibles en los niños.
Así se comprobó que la meditación puede auxiliarlos en el sentido que potencia el autocontrol y la capacidad de concentrarse, si bien es más complejo para ellos el resultado termina siendo fantástico. Fomentar esta práctica ayuda a los niños de igual forma que enseñarles a comer sano o ejercitarse, es otra manera de potenciarse a sí mismos y a sus pequeñas mentes.
Y tu ¿promueves la meditación con tus hijos?
Por: Catalina Grez M.
