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Que los padres formamos un rol protagónico en todos los aspectos del desarrollo de nuestros hijos, de eso no cabe duda. Y como partes de ese proceso, también nos convertimos en un modelo a seguir o a imitar por parte de ellos.

Un proyecto de investigación de la Universidad de Cardiff, que tiene una duración de 10 años, demuestra como los niños van adquiriendo el sentido del humor progresivamente y asegura que la imitación a los padres es fundamental al momento de adquirir esta capacidad.

Bromas graciosas, tales como sacar la lengua o jugar, las van aprendiendo con su propio cuerpo al momento de ver el acto en otros. Es ahí cuando parte el proceso de imitar lo que los adultos le están mostrando.

La investigación demuestra que la edad crítica para aprender el humor es a los dos años y además, los resultados obtenidos van mostrando como los niños desarrollan la comprensión de la mente humana.

Deben ser cosas sencillas, que causen gracia y que sea fácil de imitar por los niños. Y ya entre los 19 y 24 meses ellos comienzan a comprender que es una broma y comienza el acto de imitar y de reír. En cambio, si hacemos cosas difíciles de asimilar, ellos pensarán que es una equivocación o que algo está mal y no se reirán.

Los elementos lingüísticos en el humor con los niños, como trabalenguas y adivinanzas, comienzan a aprenderse en torno a los 6 años.

La risa es alegría y debemos mostrarnos así frente a nuestros hijos. Como ven, nosotros somos modelos a imitar todo el rato por parte de ellos. Y tampoco debemos adelantar sus procesos. No hay sonido más maravilloso que escuchar la risa de los niños.

Fuente: Mama2punto0