You are currently viewing Mamá, abramos los ojos: El silencioso abuso infantil… @PanchaBuzeta

abuso

El lunes tuve la oportunidad de participar en un seminario sobre el abuso sexual infantil.

A pesar de ser un tema muy en el tapete, uno nunca deja de sorprenderse y aprender. Y es por esto que me gustaría compartir ciertas cosas con ustedes.

Antes que todo quería trasmitir que el abuso, o para que este ocurra, es responsabilidad de todos, y especialmente es acá donde nosotras como mamá tenemos que estar más que alerta y atentas.

No tapemos nuestros ojos y veamos solo lo que nos interesa ver o nos conviene. Los niños entre los 7 y 8 años no mienten, el 95 por ciento dice la verdad. Solo el 5 por ciento es impulsado o guiado por un adulto para crear un relato que no es cierto.

Existen actitudes de los niños que pueden ser llamados de alerta, cambios de carácter bruscos, silencios que antes no se daban, enojos, rabietas, no querer ir al jardín infantil o el colegio. No hay que obligar, sino que tratar de ver sutilmente el porqué de este cambio. Querer dormir con la luz prendida, hacerse pipí, retrocesos en conductas de hábitos son signos que hay que saber interpretar.

Cuando éramos chicas nuestras mamás nos decían, niñitas cuidado con el jardinero o el maestro, etc.., quiero contarles que el 90 por ciento de los abusadores o agresores sexuales son conocidos por las víctimas, por lo tanto está mucho más cerca de lo que nosotros pensamos. Ojo, esto no es para crear un miedo colectivo, pero sí como mamás dejemos de idealizar y confiar en gente solo por sus creencias, trabajos, etc.  Tenemos que ponerlos a la par de uno y no como seres superiores. Hay personas a las cuales tendemos a entregar nuestra confianza y mostrar nuestro lado más débil y vulnerable, dejando así la tierra fértil para que se pueda producir el abuso, frente nuestros ojos, pero al mismo tiempo completamente cerrados.

La confianza lucida es justamente lo que tenemos que lograr, es el equilibro justo. Por ejemplo, no confiar a ciegas, el decir yo confío a ojos cerrados en tal persona. O todo lo contrario NO confiar en nadie, cualquiera de estos dos extremos nos pone como un blindaje y nos ciega dando rienda suelta al posible abusador, en el fondo es ni mucho ni poco. Aprender a poner nuestros propios límites como familia, tener opinión propia y atrevernos a decir que no cuando así nos parece, pero muchas veces por vergüenza o por no ir contra el grupo aceptamos. Ser siempre el núcleo contenedor de nuestros hijos, saber en qué están, a veces los días y semanas pasan volando y muchas veces por el cansancio o comodidad no les entregamos la atención que ellos requieren y este tiempo es irrecuperable, ellos buscaran en otros las dudas o confianza que nosotros inconscientemente dejamos de dar.

Las invito a detenerse un instante sin miedos, culpas, vergüenza, y tranquilamente reflexionar sobre este tema. Cualquier duda es una luz roja de alertas.

Solo tener presente que esto es una realidad que no está ajeno a nadie, no discrimina clase social, económica, política ni humana. Jamás SILENCIAR.

Abrir los ojos tarea de todas, un gran abrazo.

pancha-150x150Francisca Buzeta Abt.
@panchabuzeta
[email protected]