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Soy kinesióloga especialista en piso pélvico y desde hace un año me dedico a trabajar con embarazadas pre y post parto. Soy una amante de mi carrera y creo transmitirlo a cada una de mis pacientes, de haber pasado a ver todo tipo de patologías hoy veo 100% las que tienen relación con mi especialidad y me resulta cada día mas encantador.

Ellas trasmiten algo mágico, llenan mi consulta de un amor profundo y que a pesar de los kilos demás, las estrías, ciática o pezones agrietados, son eternamente felices. Sus caras se iluminan cada vez que hablan de sus hijos o del bebé que llevan dentro, además mis denominadas “Pancitas o ex pancitas” son mujeres que traen a sus bebés al mundo de manera natural en la mayoría de los casos y yo las ayudo a prepararse para el momento del parto, sí, como lo lees, la mayoría son partos vaginales sin anestesia, mujeres valientes y sobre todo conscientes de su cuerpo, que logran mantener la calma en el momento del parto y mentalizarse una y otra vez en que el dolor pasará, que es momentáneo y que nada se compara con ver a tu bebé por primer vez.

Cada una con una historia distinta, con una sabiduría que solo el ser madres les ha regalado, pero que a la vez convergen en el amor, dedicación, paciencia etc… Con ellas he aprendido que las idealizaciones en cualquier término de la vida son malas, y creo que a muchas mujeres les pasa, que las eternas amanecidas, los cambios de sus cuerpo, el cambio en sus relaciones de pareja y un sin fin de cosas modifican sus vidas con la llegada de un hijo, haciendo que a ratos colapsen y crean no poder más, pero luego ven la sonrisa de sus hijos y todo pasa, todo se justifica con tan solo una mirada.

Creo que todo pasa por algo, que las personas en tu vida se cruzan en ella por alguna u otra razón. Debo reconocer que en un comienzo mi tema con la maternidad era muy lejano, quizás pasaba por tener un poco de miedo, desde cosas banales como el quedar gorda, hasta más profundas como no saber si seré una buena madre. La presión social ufff y un montón de cosas… Pues bien a mis 33 años aún no soy madre, pero desde que estoy en contacto con  ellas cada vez me familiarizo más con el tema y sin lugar a dudas mis “Pancitas y ex Pancitas” se cruzaron en mi vida para mostrarme la belleza de ser madre, y que cuando llegue ese momento poder ocupar las armas que cada una de ellas dejan en mi con sus historias.

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Pía Berrios Álvarez

Kinesióloga