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Hay mujeres que les cuesta mucho estar en pareja, algunas de ellas deseando estarlo sin entender por qué no pueden encontrar alguien con quien compartir la vida o por qué sólo mantienen relaciones casuales o breves.

En más de alguna ocasión he escuchado frases tales como, “los hombres están cada día más pasteles (idiotas)” o “está muy pobre el mercado“, en una posición muy cómoda ponen afuera el problema, proyectan algo de lo cual no quieren o no pueden hacerse cargo. Otras conscientes de esta condición intenta una y otra vez abrir esos espacios, pero pronto tropiezan porque hay algo que aún no terminan de integrar respecto a su forma de vincularse.

Insisto enamorarse no es una opción, solo sucede, sin embargo establecer una relación de pareja pasa por una decisión. Abres tu agenda, espacios con familia y amigos, comentas más sobre ti, sobre tu forma de relacionarte, anécdotas e historias de amor y desamor, tu cuerpo e intimidad. Ofreces algo de ti, en tanto que el otro hace lo mismo y es recíproco, pero ¿qué pasa cuando ambos no lo hacen? lo más probable es que se termine porque no hay relación. Y si ¿uno o ambos lo hacen a medias? es probable que se establezca una relación, la cual puede o no tener continuidad y proyección depende de las personas. También puede suceder que sufran al intentar mantener ese tipo de relación o relacionándose de esta forma una y otra vez con distintas personas sin tener éxito.

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Imagen: Pinterest.

Les advierto que si no da espacio en su agenda, menos lo hará en su corazón. Entonces pueden pasar dos cosas: si el hombre es lúcido y sabe lo que quiere simplemente se va, no se va a someter vivir algo así; si es enamorado o competitivo se va a quedar intentándolo aunque se exponga a una negativa, lucha por ganarse ese espacio. El que se queda y está enamorado le toca la parte dura, el triunfo o la decepción.

Pero ¿por qué una mujer actúa así? ¿por qué dice querer que la amen sin dar el espacio para que alguien pueda hacerlo? En mi opinión puede ser por dos motivos: porque la mujer tiene idealizadas las relaciones de parejas, sus expectativas no se ajustan a la realidad considerando nuestras complejidades y faltas. Entonces ningún hombre “da la talla”, por tanto no lo necesita y se lo hace sentir así o porque la mujer se anticipa al fin, imaginando que le sucederán cosas terribles si establece una relación, temerosa y frágil prefiere continuar creyendo que no necesita a nadie a su lado. Mientras que las más arriesgadas lo intentan bajo sus propias reglas someten al otro, sin dejar de sentir la angustia de no tener el control ni la certidumbre.

En definitiva son mujeres que quieren que las amen, pero no dan espacio para que las amen ni ofrecen su amor. Ellas prefieren mostrarse completas y sin necesidades, resueltas, empoderadas o independientes, pónganle el adjetivo que quieran. Reniegan de su falta y no quieren mirar la del otro. Huyen de la incertidumbre y su propia fragilidad de exponerse a que no las amen  o que no las amen como alguna vez lo soñaron o dejen de amarlas. Siendo esto parte de nuestra condición humana, el necesitar al otro y  tener la hermosa (y cada tanto angustiosa) posibilidad de construir, jugar y tener ese espacio creativo para leer el deseo del otro o mejor dicho el uno del otro, para hacernos felices y ser felices juntos”.

Por: Psicóloga Patricia Donoso.

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@buscachocolate.