You are currently viewing “Nuestro Cuerpo cambia nuestra Mente” Una Columna de @NereadeUgarte

mujer segura

“Nuestro Cuerpo cambia nuestra Mente”

@NereadeUgarte

Siempre hemos escuchado que la única certeza que tenemos los seres humanos al nacer es que en algún momento de nuestra historia vamos a morir. No tenemos la posibilidad de decidir cuando ni donde, sólo sabemos que algún día sucederá.

Llevo tiempo cuestionándome cuánto esta certeza se extrapola a otras situaciones de vida y nos entrega esa sensación de conformidad, de aceptación pasiva, de flojera anticipada, de predisposición negativa a un sin fin de experiencias de vida que sin uno saberlo, determinan nuestra forma de ser.

Camila, 34 años, guapa, inteligente, con un trabajo estable y convive con su pololo. Comenzamos a trabajar su autoimagen y en un ejercicio que le envié de tarea no fue capaz de traerme ni una sola situación, contexto o atributo que la hiciera sentir atractiva. A demás, en la indicación de describirse mirándose en el espejo, la lista de características que se atribuye es absolutamente negativa: “me veo gorda”, “me veo fea”, “estoy llena de celulitis”, “me han salido muchas arrugas”, “no hay nada que mirar en este cuerpo”… En fin, podríamos seguir en este sin fin de autocrítica sin cuidado que hace de sí misma. Comenzamos a trabajar en torno a la forma en que ella vivía su vida y evidentemente que este autoconcepto se irradiaba en la manera en que ella enfrentaba cada situación de su vida cotidiana: no disfruta las salidas, o cumpleaños, o lugares con mucha gente, porque se siente incómoda e inferior al resto de las mujeres. Sin embargo, cuando conversamos sobre su vida laboral, ella debe obligadamente cubrir eventos sociales (es fotógrafa) para ganar su sueldo a fin de mes. Esto la compromete a exponerse por trabajo a contextos que en su vida personal evita al máximo. Lo interesante es que en su trabajo, ella adopta un rol donde interactúa con toda la gente, conversa con sus colegas, debe arreglarse un poco más, en fin, hace forzadamente todo lo que evita fuera de su trabajo y que la mantiene en una vida que hace bastante tiempo no disfruta. Evidentemente indagué cómo se sentía cuando ya personificaba este “personaje social” que debe cumplir en su trabajo y me decía que se sentía bien, más segura y hasta más atractiva.

A propósito de Camila, estuve revisando una charla de Amy Cuddy especialista en comunicación no verbal y que habla precisamente sobre como el lenguaje corporal moldea la identidad de las personas. Ella investigó que las personas que mantienen una postura corporal expandida, derecha, de confianza y poder (tipo machos alfa de manadas de animales) generan más testosterona (hormona asociada a conductas de mayor competencia y dominancia) y menos cortisol (hormona relacionada a estrés), lo que moldea a nivel cerebral su percepción de las situaciones. ¿Qué plantea ella? Que a través de ejercer voluntariamnete ciertas posturas corporales uno puede terminar cambiando nuestra identidad. En resumen: nuestra cuerpo cambia nuestra mente, nuestra mente cambia nuestro comportamiento y nuestro comportamiento cambia nuestra identidad.

De esta forma ella propone “fake ir until you make it”; “finge hasta lograrlo”… Osea, usa posturas corporales de dominancia y seguridad, aunque sientas que estás actuando, sin embargo terminarán siendo parte de ti y cambiando tu forma de sentirte a ti misma. Un acto voluntario y de trabajo cotidiano.

Camila efectivamente vive restringiendo su vida a estas inseguridades, pero tiene herramientas para comenzar a trabajar. Efectivamente si no me propongo de manera activa hacer algo al respecto, puedo seguir viviendo una vida que no me hace sentir plena.

Retomando el inicio, es real que la única certeza que tenemos al nacer, es que todos vamos a morir algún día, no podemos decidir voluntariamente la forma ni el momento, peor si podemos decidir y elegir como queremos vivir la vida, asique hazlo. Comienza a cambiar tu actitud para cambiar la percepción de ti misma!