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“Rompí fuente (bolsa) una semana después de la fecha fijada, pero el trabajo de parto no comenzó. Andrea transformó mi habitación del hospital en un lugar pacifico, tranquilo, e inició ejercicios conmigo. A las 24 horas no había progresos y la matrona sugirió una cesárea. Gracias a la preparación y apoyo de Andrea (y como ambos estábamos bien), con mi marido desafiamos el protocolo y pedimos tener un parto natural. Mi “doula”, sugirió la visita de un quiropráctico experto en embarazadas para “acomodar”, y eso estimuló mi labor de parto. Andrea fue mi gran apoyo y sé que es una la principal garante de no haber tenido una cesárea.”, testimonio de Fabiana.

Más de 342.900 mujeres mueren cada año al dar a luz en el mundo. La Organización Mundial de la Salud (OMS) considera que las cesáreas son necesarias en sólo 10 o 15% de los partos. A nivel mundial, se hacen 18.5 millones aprox. de éstas anuales, y de ellas la mitad se estiman “innecesarias”. Lo peor de estas cifras, es que varios informes han revelado que sólo un 6,6% de las mujeres fueron sometidas a esta cirugía porque lo pidieron, en cambio el resto jamás fue consultada.

Solemos olvidarnos de que nuestro cuerpo, el parto, y el bebé son justamente “de nosotros”, y eso nos da el poder necesario para exigir el derecho a ser respetadas y poder elegir. Hoy, esta idea cobra fuerza gracias a un movimiento importante de mujeres que buscan y descubren mayor acceso a información sobre las opciones para parir.

Una de ellas es el “Parto Respetado” o “Parto Humanizado”, cuyo principio básico es recibir cuidados respetuosos; saber y entender las alternativas que te ofrecen; así como los beneficios, ventajas, efectos secundarios, riesgos y opciones basándose en la evidencia.

Otro de los derechos esenciales que tienes es el de estar informada, ya que existe mucho miedo, y arrogancia, entre algunos profesionales que creen saber más que uno lo que es mejor. Es importante que sepas, que si no existe un riesgo absoluto e inmediato para la madre o el bebé, tienes derecho a tomar una decisión informada. Si algo sale mal durante el parto, la madre es quien llevará el dolor por el resto de su vida, por lo que sólo tú y tu pareja pueden tomar la decisión sobre qué riesgos están o no dispuestos a tomar. La muerte del bebé no es el único resultado que podría dejarte en peligro para el resto de su vida.

Temor a la excesiva medicación y la falta de atenciones en clínicas y/o hospitales realmente humanizados, donde respeten la intimidad, tiempo, espacio, y donde participes del proceso de decisiones, ha llevado a cada vez más mujeres opten por una experiencia distinta.

A nivel mundial “el parto respetado o humanizado” ha empezado a tomar fuerza en clínicas donde ciertos profesionales (obstetras y matronas) son conscientes del tema y ofrecen una atención respetuosa. Además, la evidencia demuestra que estas opciones ayudan a reducir el número de intervenciones y cesáreas, entre otros beneficios.

Una figura que comienza a oírse fuerte en este ámbito es la “doula” (mujer que acompaña a otra mujer en su camino por la maternidad). Ella es una compañía cálida y paciente, capaz de percibir las fortalezas, así como las dificultades que como madre puedes tener al gestar, parir y alimentar/criar a tu recién nacido. Te estimula lo positivo y entrega confianza en todo lo que puede causarte inseguridad, y a su vez te entrega información y guía en los aspectos difíciles. El vínculo previo es fundamental, ya que conoce y tiene una confianza desarrollada contigo, lo que le permite comunicarse en esos momentos.

Es importante que sepas que una doula tiene conocimientos fisiológicos sobre el periodo prenatal, parto, y postparto, pero, no es una profesional (excepto algunas doulas-matronas), y su conocimiento proviene de la experiencia.

partorespetado

Si te interesa esta opción busca alguien que te acompañe, te ayude a tener información, te de apoyo emocional, y pueda darte tranquilidad durante este período. Escoge una “doula” que sepa que la experiencia es tuya, sepa no interponerse en los cuidados médicos, y sobre todo pueda crear un buen vínculo contigo.

Por Claudia Ansieta A.

Fotos de 2001.com.ve y unosantafe.com.ar

“Rompí fuente (bolsa) una semana después de la fecha fijada, pero el trabajo de parto no comenzó. Andrea transformó mi habitación del hospital en un lugar pacifico, tranquilo, e inició ejercicios conmigo. A las 24 horas no había progresos y la matrona sugirió una cesárea. Gracias a la preparación y apoyo de Andrea (y como ambos estábamos bien), con mi marido desafiamos el protocolo y pedimos tener un parto natural. Mi “doula”, sugirió la visita de un quiropráctico experto en embarazadas para “acomodar”, y eso estimuló mi labor de parto. Andrea fue mi gran apoyo y sé que es una la principal garante de no haber tenido una cesárea.”, testimonio de Fabiana.

Más de 342.900 mujeres mueren cada año al dar a luz en el mundo. La Organización Mundial de la Salud (OMS) considera que las cesáreas son necesarias en sólo 10 o 15% de los partos. A nivel mundial, se hacen 18.5 millones aprox. de éstas anuales, y de ellas la mitad se estiman “innecesarias”. Lo peor de estas cifras, es que varios informes han revelado que sólo un 6,6% de las mujeres fueron sometidas a esta cirugía porque lo pidieron, en cambio el resto jamás fue consultada.

Solemos olvidarnos de que nuestro cuerpo, el parto, y el bebé son justamente “de nosotros”, y eso nos da el poder necesario para exigir el derecho a ser respetadas y poder elegir. Hoy, esta idea cobra fuerza gracias a un movimiento importante de mujeres que buscan y descubren mayor acceso a información sobre las opciones para parir.

Una de ellas es el “Parto Respetado” o “Parto Humanizado”, cuyo principio básico es recibir cuidados respetuosos; saber y entender las alternativas que te ofrecen; así como los beneficios, ventajas, efectos secundarios, riesgos y opciones basándose en la evidencia.

Otro de los derechos esenciales que tienes es el de estar informada, ya que existe mucho miedo, y arrogancia, entre algunos profesionales que creen saber más que uno lo que es mejor. Es importante que sepas, que si no existe un riesgo absoluto e inmediato para la madre o el bebé, tienes derecho a tomar una decisión informada. Si algo sale mal durante el parto, la madre es quien llevará el dolor por el resto de su vida, por lo que sólo tú y tu pareja pueden tomar la decisión sobre qué riesgos están o no dispuestos a tomar. La muerte del bebé no es el único resultado que podría dejarte en peligro para el resto de su vida.

Temor a la excesiva medicación y la falta de atenciones en clínicas y/o hospitales realmente humanizados, donde respeten la intimidad, tiempo, espacio, y donde participes del proceso de decisiones, ha llevado a cada vez más mujeres opten por una experiencia distinta.

A nivel mundial “el parto respetado o humanizado” ha empezado a tomar fuerza en clínicas donde ciertos profesionales (obstetras y matronas) son conscientes del tema y ofrecen una atención respetuosa. Además, la evidencia demuestra que estas opciones ayudan a reducir el número de intervenciones y cesáreas, entre otros beneficios.

Una figura que comienza a oírse fuerte en este ámbito es la “doula” (mujer que acompaña a otra mujer en su camino por la maternidad). Ella es una compañía cálida y paciente, capaz de percibir las fortalezas, así como las dificultades que como madre puedes tener al gestar, parir y alimentar/criar a tu recién nacido. Te estimula lo positivo y entrega confianza en todo lo que puede causarte inseguridad, y a su vez te entrega información y guía en los aspectos difíciles. El vínculo previo es fundamental, ya que conoce y tiene una confianza desarrollada contigo, lo que le permite comunicarse en esos momentos.

Es importante que sepas que una doula tiene conocimientos fisiológicos sobre el periodo prenatal, parto, y postparto, pero, no es una profesional (excepto algunas doulas-matronas), y su conocimiento proviene de la experiencia.

partorespetado

Si te interesa esta opción busca alguien que te acompañe, te ayude a tener información, te de apoyo emocional, y pueda darte tranquilidad durante este período. Escoge una “doula” que sepa que la experiencia es tuya, sepa no interponerse en los cuidados médicos, y sobre todo pueda crear un buen vínculo contigo.

Por Claudia Ansieta A.

Fotos de 2001.com.ve y unosantafe.com.ar