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La siguiente columna va a ser muy distinta a las anteriores. No voy a hablar de penes, vulvas, clítoris, eyaculación precoz, orgasmos ni estadísticas. Voy a hablar de los derechos sexuales y reproductivos.

Lo hago en un contexto distinto al que me hubiera gustado. El martes 27 de marzo del 2012, ¡SI! del año 2012, a las 19:45 murió un joven de 24 años, luego de luchar contra la muerte tras la golpiza y tortura que recibió por un grupo “neo nazi”. Este hecho habría estado motivado por que Daniel tenía una orientación sexual distinta a la que los agresores consideraban la correcta, normal, buena, adecuada, sana….

Estamos cada vez mas llenos de juicios…sólo basta con prender la televisión o leer nuestro Twitter. Y nos creemos lo que pensamos como si fuera la verdad, la realidad y la única posible. ¡Somos soberbios!

Me cuesta escribir esto, porque hay mucha emoción presente y son tantas las cosas que me gustaría decir…que prefiero manifestar mi dolor ante lo que nos estamos transformando como sociedad o quizás perpetuando a través del tiempo… si pudiéramos darnos cuenta que finalmente somos uno.

Un gran abrazo y toda la fuerza para la familia de Daniel Zamudio. Aprovecho el espacio para que recordemos nuestros Derechos Sexuales y Reproductivos.

• El derecho al pleno respeto a la integridad del cuerpo.
• El derecho a la educación y la información en sexualidad.
• El derecho a explorar la propia sexualidad sin miedo, vergüenza, falsas creencias y culpas.
• El derecho a expresar la sexualidad independientemente de la reproducción.
• El derecho a decidir si se quiere o no tener hijos/as, y cuándo
• Derecho a la vida: a no morir por causas evitables relacionadas con el embarazo o parto.
• El derecho a la salud sexual para lo cual se requiere acceso a toda la información sobre sexualidad y salud, educación y servicios confidenciales de la más alta calidad posibles.
• El derecho a una vida libre de violencia, que rechaza las agresiones físicas, sicológicas y sexuales.
• El derecho a la libertad y seguridad, decidiendo tener o no relaciones sexuales, con quién y con qué frecuencia.
• El derecho a casarse o no y de formar o no una familia.
• El derecho a la atención y protección de la salud y el derecho a los beneficios del progreso científico.
• El derecho a la intimidad y a confiar los sentimientos de la vida privada a quién se estime conveniente, ya sea médico/a, matrona u otro personal de salud.

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Psicólogo Rodrigo Jarpa, Especialista en Sexualidad y Terapia Sexual

@rodrigojarpa