¿De qué se arrepiente?

-Hay cosas que me duelen más que otras. Por ejemplo, debería haber tenido sólo un matrimonio. Si es lo mismo. Siempre terminas peleando por lo mismo.

-¿No se casaría tres veces?

-No, es que no aprendí nunca. En la universidad te echan si repruebas tres veces. A mí me habrían echado de la carrera “matrimonio”.
(Eduardo Domínguez, ex director del desaparecido programa “Rojo”, en una reciente entrevista de la revista Sábado de El Mercurio)

Con uno de mis grandes amigos siempre hemos concordado en dos materias fundamentales. La primera es que, después de tener los hijos que quieres tener con tu mujer, hay que hacerse la vasectomía. Así te aseguras de no traer niños no deseados al mundo. Pero, especialmente, evitas cometer el error de muchos hombres cuando se divorcian.

Es decir, enamorarte de una mujer joven y terminar siendo padre de nuevo. Y digo error porque, si bien es cierto que hay una parte de esos veteranos que sí están dispuestos y realmente interesados en la paternidad tardía, hay otro alto porcentaje de mamones sedientos de amor, cariño y sexo que aceptan transar sin pensar demasiado en el futuro. Años –o meses– más tarde, terminan pagando el alto costo emocional y económico.

La segunda es más obvia, especialmente si ya te hiciste la vasectomía: no volver a casarte. Nunca más. El matrimonio es una sola vez. De ahí en adelante puedes salir, pololear, convivir, lo que sea, pero nada de papeles de por medio, ni sociedades conyugales, ni separaciones de bienes. No, por favor. Algo hay que aprender de los errores. Pues, como dice el ex director de “Rojo”, siempre terminas peleando por lo mismo. Y, claro, separándote por lo mismo.

A menos de que hayas hecho un profundo trabajo terapéutico para entenderte a fondo. Cosa que menos del 1% de los hombres hacemos. Entonces, al no comprender, repetimos errores, nos volvemos a casar y pronto nos divorciamos, y en el camino quedan guaguas, niños, hijos.

Lo cierto es que un tipo vasectomiado y con el cartel de “No pienso volver a casarme” en la frente disminuye exponencialmente las posibilidades de que una mujer en edad fértil se interese por él. Maravilloso. Así se alejan las opciones de matrimonio. Pues ¿porqué una mujer separada y con hijos querría volver a casarse y compartir una casa, si puede pololear eternamente y calabaza calabaza? Más rico, más inteligente y más eficiente.

Díganme conservador si quieren, pero tengo clarísimo que el matrimonio es para una sola vez en la vida. Y, créanme, el señor de arriba y la religión nada tienen que ver con esto. Es pura lógica. Esa que tantas veces no queremos ver. Aunque esté escrita con mayúsculas.