Más de dos tercios de las señoras se encuentran, bien en el fondo, arrepentidas de estar con el tipo con el que han decidido pasar su vida. O sea, siendo simplistas pero no por eso falsos, podemos nuevamente concluir que ellas tiran para pedir favores, falsean los orgasmos y nos aman bastante menos de lo que imaginamos. Qué duro. Pero puede ser peor.

Si todo lo que dice John Croucher es cierto, entonces cada vez se hace más difícil confiar ciegamente en ellas. Este señor, profesor de Estadísticas de la Universidad de Macquaire, Australia, publicó un libro que se llama“Love by numbers” (“El amor en números”). Y hay una cifra que es terrible, dura, fuerte, lapidaria. “84% de las mujeres ha admitido tener sexo para después pedirle un favor a su pareja” dice Croucher.

No sé cómo llegó a obtener esa información, ni tampoco pondría mis manos al fuego por lo que dice, pero considerando que el hombre y su texto han sido publicados en todos los medios serios del planeta, tampoco queda mucho espacio para la duda. Hace apenas cuatro meses hablábamos en esta misma columna delestudio hecho por científicos británicos quienes, luego de analizar a 71 mujeres entre los 18 y 48 años, concluyeron que cada vez que ellas gimen están fingiendo un orgasmo.

Y ahora nos salen con que ocho de cada diez veces se acuestan con nosotros para luego pedir algo. ¿Una cartera? ¿Que vayamos nosotros mañana al supermercado? ¿Un reloj suizo? ¿Que dejemos que la suegra pase las vacaciones en nuestra casa? Qué se yo, el único favor que claramente no nos piden es justo el que queremos. Y además de utilizarnos, nos mienten durante “el acto”. Oh Margot, así no se puede. No es justo. Y después se andan quejando en revistas de minas de que “no hay hombres”. Andá.

Lo que cada vez hay menos son mujeres que tiren por placer, sin nada a cambio y que tengan la capacidad de gozar. En fin, sigamos con las malas nuevas. A ver si les gusta esta otra cifra que aparece en el libro de Croucher. Frente a la pregunta de si querrían volver a casarse con su actual pareja sabiendo lo que ya conocen, un 70% de mujeres contestó de manera negativa.

Más de dos tercios de las señoras se encuentran, bien en el fondo, arrepentidas de estar con el tipo con el que han decidido pasar su vida. O sea, siendo simplistas pero no por eso falsos, podemos nuevamente concluir que ellas tiran para pedir favores, falsean los orgasmos y nos aman bastante menos de lo que imaginamos. Qué duro. Pero puede ser peor.

Miren lo que dice el escritor argentino Fabio Fusaro: “Las mujeres mienten mejor que los hombres, lo que sucede por una razón increíble pero real. Ellas pareciera que se creen sus propias mentiras y por eso es muy difícil descubrirlas. Cuando mienten no sólo lo hacen con la palabra sino con todo el cuerpo, con sus movimientos, con los gestos, con la mirada, con el tono de voz, con las lágrimas. ¿Qué podemos hacer al respecto? En la mayoría de los casos, nada. Sólo jodernos”.

Ahí está parte importante de la explicación. Pueden utilizarnos, simular el placer y seguir emparejadas con el piloto automático puesto. Total, son tan astutas que ni lo notamos. Malulas ellas, qué duda cabe. Pero hagamos también un mea culpa: harto burros nosotros.

Por Rodrigo Guendelman

www.guendelman.cl