No está tan fácil ser hombre por estos días. En una nueva era donde los códigos masculinos que heredamos de nuestros padres y abuelos de poco sirven, nos vemos enfrentados a un mundo nuevo, extraño y en el cual cada vez logramos menos economías de escala por nacer con pirula. Estos son algunos de los aspectos donde debiéramos poner oreja, pestaña y ceja.

1.- Las terapias: Me sigue sorprendiendo el nivel de prejuicio y desconocimiento sobre las bondades de tener un terapeuta que hay entre mis congéneres. Cuántos matrimonios se habrían salvado, cuántos rollos con el padre y la madre y los hermanos serían cicatrices en vez de heridas abiertas, cuánta sangre emocional habría dejado de ser derramada si es que los hombres no creyéramos que ir al psicólogo es de niñita.Ignorancia + pésimos consejos entre hombres +  miedo a no saber expresarse = hombres que no quieren tratarse ni trabajarse y que pierden una oportunidad de oro para tener mejor calidad de vida.

2.- El sexo: Parece chiste, pero en 2012 son demasiados los tipos que aún piensan que a las mujeres lo que más les gusta es que se las tiren (como sinónimo de penetración), que no entienden que eso viene después de harto rato, es decir, de mucha masturbación y sexo oral y juego con sus genitales, pues la gran mayoría de ellas tiene orgasmos de tipo clitorial y no vaginal. Después no nos extrañemos que nos dejen por el personal trainer.

3.- Lo no racional: Es en el aspecto racional donde los hombres nos sentimos más cómodos, ya sea trabajando por objetivos, pagando cuentas, estacionando el auto, teniendo una respuesta para cada pregunta, sumando, multiplicando, avanzando y haciendo. Especialmente, haciendo. El problema, queridos muchachos, es que hoy nos están pidiendo capacidades en otras materias, las llamadas habilidades blandas. Desde el desarrollo del lado espiritual hasta entender ciertas materias místicas, desde conocer más acerca del sexto sentido, la voz de la guata y las temidas “emociones” hasta la exigencia que hay por saber mirarnos hacia adentro, todo eso es hoy amenaza para los machos. Una que nos puede afectar en  las pegas y en la casa.

4.- El lenguaje: Hay hombres que confunden el silencio de sus mujeres con una aprobación tácita de la vida que llevan. Pasa el tiempo y un día se encuentran con el sobre azul en el velador. Hay hombres que no son capaces de tener una sola discusión sana y ven como su vida familiar se va al basurero porque no saben hablar ni son capaces de traducir lo que sienten. El lenguaje se aprende, se entrena, se trabaja. Y es una materia en la que necesitamos nivelación urgente.

5.- Los homosexuales: Ya entendimos que las tallas contra los gays hay que hacerlas en voz baja, porque es políticamente incorrecto ser homofóbico. Pero mientras nos sigamos sintiendo tan incómodos con lo que nos parece diferente, con el que no es como yo, seguiremos evidenciando nuestro gigantesco miedo a, en el fondo, ser ese otro. Porque no sólo es subdesarrollado el hombre chileno que llama “fleto” al homosexual, sino que es evidentemente un tipo muy asustado y desorientado de su propia condición sexual.

Por Rodrigo Guendelman

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