Cuando terminó mi última relación sentimental, me sentí por el piso. Claro, cuando uno está enamorada de la otra persona, piensas que las cosas van a seguir “para siempre”. Pero de repente, PAF! te sorprenden con la noticia de “no quiero estar más contigo”.

Evitaré los detalles de ese momento pero si contaré lo que vino después.  Pasé por un periodo en el cuál anduve como zombie (literalmente) y pensando que todo había sido culpa mía. Que mi falta de compromiso con la relación y el hecho de haberme preocupado más de mis deberes que por mantener a flote mi relación, eran las razones por las cuáles yo ya no tenía a mi amado al lado y todo era mi responsabilidad.

Pero como dicen por ahí, el tiempo cura todo y a la vez te da mucha sabiduría. Cuando las aguas se calman y puedes ver las cosas de manera más fría, te das cuenta que una relación de pareja es exactamente eso, una relación entre dos personas, que independiente de la manera de demostrar y entregar amor al otro, ambas partes tienen responsabilidad si la relación acaba.

Es típico que cuando la otra persona te dice “no quiero estar más contigo” te comienzas a cuestionar realmente como eres, lo que hiciste mal, lo que no hiciste y lo que debiste haber dicho. Viene un periodo de negación y piensas que nunca más vas a encontrar a una persona como él/ella. Sin embargo, con este proceso aprendí algo muy importante: todo mal momento viene con cosas buenas después.

[wp-bannerize group=’home1′]

No soy psicóloga ni terapeuta, pero por mi propia experiencia debo decir que lo que seguir adelante, es lo mejor que puedes hacer.  Encontrar un nuevo objetivo y me reunirme con personas que me escucharon y me dieron apoyo sin juzgarme, fueron ingredientes fundamentales para sobrepasar el mal momento. Busqué un trabajo y me dediqué a mi pasión (danza) para hacer del proceso de olvido menos doloroso de lo que estaba siendo y así he ido creciendo tanto laboralmente como internamente como persona.

Y algo súper importante: no hice la experiencia de un clavo saca otro clavo. Para mi hubiera sido un grave error,  porque si esa relación no funcionaba, haría que mi proceso de sanación sea más difícil.  Mirar el tiempo de soledad como algo positivo me ayudó a conocerme mejor, a ver con una mejor perspectiva las cosas y a encontrar cosas de mí misma que ni siquiera sabía que tenía y que comencé a desarrollar.

Esto es una experiencia que quise compartir porque no creo ser la única que le haya costado superar una ruptura, pero espero que con mi experiencia puedan seguir sanando las heridas que tengan. Hay que comprender que como en todas las cosas, olvidar una relación que terminó es un proceso, difícil, pero no imposible de pasar. Sin importar las razones por las cuales terminaron, vivir el proceso de sanación con calma es lo mejor para poder seguir avanzando como persona. No te apresures en encontrar un nuevo amor… todo llega a su tiempo.

Un abrazo para tod@s!

Pamela Jimenez

@pameliry (Sigueme!!!)

[wp-bannerize group=’home3′]