No sé por qué, hace muchos años me obsesioné con Alemania. No sé si fue el idioma o uno de mis grupos favoritos, Rammstein (sí, un poco raro), pero quería conocer ese país europeo. Además, es probable que Disney me haya influenciado, pero también me encantan los castillos y las princesas. Y así, averiguando, supe que existía la Ruta de los Castillos en Alemania. Un paseo que reunía estas dos cosas que me gustaban mucho.
La Ruta de los Castillos: un sueño hecho realidad
Aunque muchas mujeres recomiendan viajar sola al menos una vez en la vida, la verdad es que a mí me da miedo. Además soy pésima para organizar viajes. Por eso pensaba que conocer esta ruta era algo prácticamente imposible o muy lejano. Hasta que apareció mi Chapulín Colorado personal (mi novio, Cristian). A él le comenté que quería hacer este viaje y el lo organizó para los dos.
Acá tenemos la idea del castillo como ese maravilloso del Magic Kingdom de Disney, pero en Alemania hacen una diferencia. Los castillos suelen ser construcciones muy antiguas y prácticamente en ruinas. En cambio los del tipo Disney, son palacios. Por eso, finalmente hicimos una combinación entre la Ruta de los Castillos y la Ruta Romántica. En la primera veríamos castillos antiquísimos y del tipo cuadrado (así como los dibujos de los niños) y en la segunda palacios maravillosos muy bien decorados.
Lo práctico del viaje
Transporte y alojamiento
Como se trata de una ruta estaríamos moviéndonos constantemente. Por eso también, queríamos tener la libertad de desviarnos o quedarnos más tiempo en un lugar. Así que decidimos arrendar una campervan (lo hicimos acá) e ir quédandonos en campings. El precio del vehículo variará entre el modelo que elijas y el tiempo que lo necesites. Los campings, en promedio, costaban 10 euros por persona. Además, hasta en el pueblo más pequeño, había camping, ¡algo que nos cuesta un montón encontrar en Chile!
Las carreteras
No sé con qué podrían compararse las carreteras alemanas. Son extraordinarias. No tienen ningún peaje y cada cierta cantidad de kilómetros hay un área de descanso. Esta área está principalmente pensada para camioneros, pero cualquier vehículo puede pasar. Además, muchos de estos lugares tienen baño también, la mayoría de las veces gratuito. Por lo que nada de andar parando en cualquier parte, siempre llegarás a un lugar acondicionado para el descanso y con baño.
En general, los autos andan muy rápido, así que hay que tener ojo con eso. O tomas su ritmo, o mejor andas por la pista derecha. Yo les comento de las carreteras que conocí en Baviera, pero me imagino que es similar en todo Alemania.
Ubicación
Como mi pareja es full motivado, compró en Kindle el Lonely Planet de Alemania y allá también compramos un librito de la Ruta Romántica. Así íbamos viendo qué ciudades y pueblitos valía la pena conocer. El campervan tenía GPS lo que nos salvó de muchas, porque poníamos la dirección y nos decía por dónde teníamos que ir.
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Idioma y comunicación
Con el idioma no hay que preocuparse. Yo tuve la suerte de ir con alguien que habla algo de alemán y con la práctica le fue saliendo mejor, pero la verdad es que con inglés uno se puede comunicar. A mí me encantó escuchar el idioma, porque ya lo había estudiado antes y aunque algunos lo encuentran duro y frío, a mí me encanta. Y lo que más me emocionaba era reconocer algunas palabras y, a veces, hasta frases. En general, todos nos trataron muy bien y fueron muy amables, así que esa fama de fríos debe ser solo por el clima.
Clima
Y pasando a lo del clima, tenemos otro tema. ¿Es frío? Sí. Bueno, depende también de la fecha en la que vayas, pero yo tuve frío. Llegamos allá de mediados a fines de septiembre y el primer día nos llovió en Frankfurt. Así que hay que ir preparados. En Alemania llueve y llueve harto. Las rutas que les menciono se encuentran principalmente en la región de Bavaria y estaba helado. O será que yo no aguanto las bajas temperaturas, pero si vas en otoño o invierno tendrás que ir con buen abrigo.
Tiempos de viaje
Dicen que para andar toda la ruta se necesitan unos 3 o 4 días, pero si va a andar parando para conocer los castillos y palacios por dentro, necesitarás mucho más. Así que planifica bien el trayecto y cuáles son los lugares que quieres conocer mejor. Nosotros llegamos a Alemania el 20 de septiembre y nos fuimos el 10 de octubre más o menos. Estuvimos unos días en Berlín también.
Una experiencia única
En ese viaje estuve en lugares en los que jamás pensé estar. Conocí Rothenburg ob der Tauber, una de las ciudades medievales mejor conservadas de Alemania. Y ahí comí sus famosas schneeballs, unas masas similares al calzón roto chileno, aunque más crujientes.
Pasé mi cumpleaños en Füssen, un pequeño pueblo cerca de uno de los castillos más famosos de Alemania y del mundo: Neuschwanstein. Este es el castillo conocido como “el de la Cenicienta” y en el que Disney se inspiró para hacer el del Magic Kingdom.
Estuve en muchos palacios mandados a hacer por Ludwig II, un rey bastante particular y de gustos… refinados. Por lejos el que más me gustó fue Linderhof, un palacio pequeño en comparación a otros, pero con un jardín extraordinario. En ese palacio se hizo un sistema de poleas para que le subieran al rey la comida servida en la mesa hasta su dormitorio y así no tener contacto con la servidumbre. ¿Un poco antisocial, no? Conocí también la casa que este rey le regaló a Richard Wagner, la cual se encuentra en Bayreuth.
Incluso estuve en la habitación donde Martín Lutero tradujo parte de la Biblia al alemán. Aunque no es parte de ninguna de las rutas, pudimos pasar de vuelta. Esos lugares que entre sus paredes conservan partes tan importantes de la historia, a mí me fascinan.
Y también nos desviamos para ir al Oktoberfest en Munich. Soy un poco especial, a mí no me gusta la cerveza, pero siempre soñé con ir al Oktoberfest. Y no es como lo imaginaba. Olvídense de las Fiestas de la Cerveza chilenas, donde solo hay stands con distintas cervecerías que te venden un vaso o botella. Allá es una fiesta familiar. Muchos van con sus trajes de Baviera y hay un montón de juegos de feria para disfrutar. Desde casas encantadas, montañas rusas, muestras de magia y toda la cerveza que puedes imaginar. Realmente creo que hay que ir alguna vez en la vida, te guste la cerveza o no.
¿Conocer Alemania? ¡Sí!
Así que definitivamente los insto a conocer Alemania. Tiene ciudades antiguas preciosas y muy bien cuidadas. Muchas reconstruidas después de la guerra. Pero también goza de una naturaleza maravillosa, todo muy verde, bosques tupidos y hasta un ciervo pude ver por ahí. La Ruta de los Castillos y la Ruta Romántica son dos paseos que me encantaron y que seguro muchos podrán disfrutar. Si quieres saber más u empezar a organizar un viaje para allá les dejo este link que yo miré antes de viajar.
Imagen destacada: Fuente.
Por: Claudia Pino – Dice la Clau
