La definición más acertada para hablar de los tocados es “todo tipo de sombrero, casco, adorno o pañuelos con los que la moda ha resuelto los problemas prácticos, como protegerse del sol, o los problemas estéticos que supone cubrirse la cabeza“. Por lo tanto, nos referimos al tocado como toda clase de adorno en la cabeza.

Los tocados ya no pertenecen únicamente a la moda de las mujeres maduras o de nuestras abuelas que los utilizaban como complemento obligado a la hora de salir de sus casas. Tampoco se asocian únicamente con los matrimonios, bautizos y comuniones.  Ahora, se dirigen también a un público joven y su uso se amplía al día, a una noche informal o a alguna celebración en la que queramos destacarnos con un poco de originalidad, estilo y elegancia.

Mi locura por los tocados comenzó con un deseo frustrado de dedicarme a la moda, ya sea como diseñadora o como emprendedora. Soy traductora de profesión y mi carrera me ha llevado por caminos distantes de la moda, aunque procuro llevarla día a día, sin olvidar mi lado creativo al que recurro constantemente, y que este año ha tomado finalmente forma. De ahí nació, “Sombrerillo”. La idea surgió de un matrimonio al que mi marido fue invitado por un colega de la oficina a quien yo no conocía. Luego, comencé a pensar que sería entretenido agregar un poco de glamur a mi tenida (que dicho sea de paso era mi caballito de batalla para cada matrimonio, bueno, hasta ahora). Además no tenía mucho que perder al arriesgarme, porque no conocíamos a mucha gente en dicho encuentro.

Encontré unas telas olvidadas, peinetas, unas perlas sueltas entre mis tesoros que guardo para usar “algún día” (siempre supe que dármelas de arqueóloga y cachurera valdría la pena para esta nueva aventura). Encontré unas plumas y me acordé de un retazo de encaje español que guardaba de mi vestido de novia como hueso santo. Con esos ingredientes, hice mi primer tocado.

Ese tocado ha sido el principio de una docena o más de tocados que he creado y que sigo creando…

Así es como tengo, plumas, broches y pasamanerías, blondas, cintas, lentejuelas, cadenas, piedras, alambres, y una gran variedad de telas vintage, botones de anticuarios y  artículos de ferias ambulantes, todos con alguna historia detrás. Y no olvidemos el encaje de mi vestido de novia, que me va a servir para varios tocados más. Al final, el tocado nace literalmente de mis manos sin que yo sepa cómo, pero si sé que cuando está terminado, está terminado. ¡No cambiaría nada de su lugar!

Si pensamos en la Historia, las mujeres han llevado tocados hasta hace muy poco. Esta temporada, aún no están en la calle. Aunque me atrevo a pronosticar que si lo estarán. Por varias razones:

•    Sobre todo, por lo favorecedores que son. Llevar cerca de la cara y concretamente de los ojos un adorno cumple la misma función que los aros, los collares, los anteojos, el maquillaje…realza y favorece.

•    En Inglés se llaman “fascinators” (fascinadores) y obvio! ya que quién los lleva, no puede evitar sentirse seductora y fascinante y eso siempre nos viene muy bien.

•    También son un buen aliado a la hora de no saber cómo peinarnos, la solución al llamado “Bad Hair Day” o el día en que nuestro pelo está imposible e inmanejable!

•    Es un área virgen aún, como pocas. Es más atrevido y original llevar un tocado que un collar… Tocados para el día, para la oficina, para un evento, para la noche….

La mayoría de estos accesorios para la cabeza están hechos para ser llevados del lado derecho y levemente inclinados. Esto deriva de otra norma protocolaria que indica que la mujer debe tomarle el brazo a su acompañante por el lado izquierdo.

Una de las reglas más importantes a la hora de lucir un tocado es que no se debe quitar en ningún momento durante el evento al que asistimos. Sólo una vez finalizado, se retira el tocado sólo en caso de que sea demasiado grande.

Con ‘Sombrerillo’ pretendo crear elegantes y originales diseños hechos completamente a mano. Los tocados son personalizados y se ajustan al gusto de quien lo va a llevar.

Por ahora solo sé los “ingredientes de la receta” con los que me gustaría hacer el próximo tocado… mientras tanto mi cabeza no deja de crear….

Mónica Fuentes D.

Sombrerillo

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Pedidos: 96799635