A estas alturas, creo que todos quienes vivimos en Santiago somos testigos de la mala calidad del aire que nos rodea y de como ésta empeora cada día, los factores de la contaminación son variados (transporte, industria, calefacción a leña, etc..), pero si le sumamos que hasta la fecha tan sólo van 3 milímetros de agua caída, cuando el promedio de años anteriores es de 95, el panorama es desastroso.

Ahora, si bien los índices de contaminación que tenemos hoy son elevadísimos, no todos estamos conscientes de lo que esto significa, necesitamos ejemplos concretos que expliquen las cifras que hacen que hoy nos encontremos viviendo la primera emergencia ambiental en los últimos 16 años.

Si ponemos en perspectiva lo que significa una emergencia ambiental nos encontramos con lo siguiente:

La Organización Mundial de la Salud sugiere que los peak de contaminación sean de un máximo de 20 microgramos por metro cúbico de PM2.5 (partículas respirables dañinas que son muy pero muy pequeñas). Santiago suele tener  un promedio anual de 27 microgramos, sin embargo hoy, Santiago de Chile marcó 171. Cifra histórica que nos llevó a una restricción vehicular de 4 dígitos.

Imaginen que en París, que es una de las ciudades más contaminadas de occidente, se llegó a un peak de 102 microgramos, mucho más de lo que sugiere la OMS pero aún así mucho menos que en Santiago. Aún así, las medidas que se tomaron fueron mayores que las nuestras, por ejemplo:

– Restricción vehicular a todos los autos impares/pares de forma alternada por día.
– Restricción de velocidad máxima en autopistas de 90km/h en 20km/h.
– Transporte público gratuito (tanto buses como el metro)
– Bicicletas públicas gratuitas
– Programas de auto compartido (carpooling) gratuitos.

Los efectos que estas partículas causan en nuestra salud están asociados a enfermedades respiratorias (principalmente bronquitis) y además a dolencias cardiovasculares. De hecho, las partículas procedentes del tráfico urbano están asociadas con el incremento del desarrollo del asma y alergias en la población infantil. Las partículas PM2,5 tienen un tamaño tan pequeño, que hace que sean 100% respirables, viajando por nuestros pulmones, llegando al aparato respiratorio e incluso llegando en algunos casos al torrente sanguíneo.

¿Habrá en Santiago una falta de medidas que realmente permitan reducir de manera efectiva el número de fuentes contaminantes? ¿Qué otras medidas tomarían ustedes?

Por: Fernanda Urzúa M.

Foto de: www.latercera.com