You are currently viewing Todas las heridas cicatrizan

Algunas toman más tiempo, pero al final todas cicatrizan, todas vuelven a ser piel.

Hace unos tres meses tuve un accidente en mi cocina. Estaba cortando una manzana y, con un brusco movimiento, me pase a cortar las dos palmas de la mano. Me corte justo en las líneas de las palmas, por lo que cada vez que doblaba las manos o las abría un poco más de lo normal, los cortes volvían a abrirse.

Afortunadamente no fue grave, no tuvieron que hacerme puntos, pero sí tuve que estar al menos tres semanas usando vendas y con máximo cuidado para que no se reabrieran.

Esta semana, después de tres meses y medio del accidente, volví a mirar mis palmas. Ya estaban hace rato cerradas por completo, teniendo sólo dos pequeñas cicatrices que me lo recuerdan, pero que con el tiempo se han ido adecuando cada vez más al color rosado de mis manos.

De dos cortes de sangre, pasaron a ser una piel nueva y hoy se han adaptado cada vez más a lo que siempre fueron mis palmas.

Esto mismo ocurre con las heridas emocionales. Es algo que te destruye por dentro y de lo que crees que no te recuperarás. Sin embargo, el tiempo es el mejor bálsamo para estos dolores. De pronto pasan los días, y cada vez te sientes más tu misma. Comienzas a acumular nuevos recuerdos, nuevas experiencias y anécdotas.

Todo cicatriza al final todo. Quizás te queden pequeñas marcas emocionales, como las que te quedan cuando tienes una herida física, pero con el tiempo esas marcas emocionales se irán adecuando a tu forma de ser y aprenderás a vivir con ellas. Cada vez se irán sintiendo más llevaderas.

Recuerda, una herida nunca dura por siempre. Cicatriza, se convierte en piel y recupera su color. Al igual que tu misma.

Por Margarita Lira

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