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torres del paine

Si hay un lugar que muchos sueñan visitar, este es Torres del Paine. Viajeros y turistas de diferentes partes del mundo escogen este destino a ojos cerrados. El amor por la aventura, vivir nuevas experiencias y el deseo de maravillarse con la majestuosa naturaleza, impulsan a muchos a emprender viaje a este parque ubicado en mi país, Chile, al fin del mundo.

Torres del Paine ¿Por qué no ir?

Mi historia comienza un día en que, mientras estaba en el patio de mi casa lavando mi auto, escuchando buena música, pensé… ¡Qué ganas de conocer Torres del Paine! Inmediatamente mis pensamientos volaron y me transporte, me vi ahí,  inmersa en el lugar, rodeada de todos esos paisajes espléndidos que muestran en fotos y medios de comunicación. ¡Que increíble sería!, me decía a mi misma en esos momentos. Muchos diálogos internos pasaron por mi cabeza… y si voy, ¿qué puede pasar? pregunta sencilla, que  nos hacemos  en situaciones poco habituales, que establece implícitamente un límite entre atreverse o quedarse, avanzar o detener el impulso, pregunta simple y a la vez trascendental.

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A mí me pasó lo que habitualmente nos pasa a todos cuando nos enfrentamos a este tipo de situaciones en la vida,  que son poco “normales” o convencionales. No puedo decir que fue llegar y partir, era mi primera experiencia de este tipo, mi mochila y  yo en medio de la naturaleza.

Como todos, también sentí miedo, y emergieron limitantes en mi mente, pensamientos tales como…y si me pasa esto o aquello, si llueve mucho o cae nieve, si no me puedo la mochila, quizás es mucha caminata para mi, hasta pensé… y si me aparece un puma ¡qué voy a hacer!,  mmm…  y dije, mejor no, creo que no es tan buena idea.

Ahora me rio de tanta limitante mental que nos elaboramos, una especia de auto boicot, una prueba a la confianza a uno mismo.

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Y entonces me decidí

Y un día, después de darle vueltas, buscar información del lugar, maravillarme con los videos de múltiples viajeros, y también de valorar mis capacidades para enfrentar el desafío, porque también hay que ser objetivo, aterrizar un poco la idea, me dije, tengo varios puntos a favor, condición física aceptable (aclaro que no soy deportista, pero sedentaria tampoco), días libres, dinero suficiente, muchas ganas de ir y lo que más me convenció fue que este lugar está en mi propio país, Chile. Era mi primera experiencia sola, mis primeros pasos para lanzarme a recorrer todo lo que quiero conocer.

Entonces me decidí, coordiné lo necesario, alimentos, refugio, conseguí la ropa adecuada,  y partí rumbo al Parque Nacional Torres del Paine, ¡más feliz no podía estar!

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Una increíble experiencia

Y  fue así como viví una mega experiencia. Aquí conocí personas increíbles, todas muy cálidas y simples, puse a prueba mis aptitudes físicas y más importante aún, mi condición mental, me sentí muy cómoda en todo momento, disfrute al máximo todo.

Mi mente parecía esponja absorbiendo lo fantástico que había en mi entorno. Disfruté actos simples y a la vez tan grandiosos como tomar agua de vertiente, sentir el viento en mi piel, a veces muy intenso que me obligaba a sostener mi cuerpo con firmeza, sentir el calor del sol patagónico en mi cuerpo, lluvia y un poco de nieve camino a la Base Las Torres. Anduve entre los bosques de lengas en el maravilloso Valle del Francés, caminé disfrutando el reflejo de las montañas en el impresionante Lago Nordenskjöld, conocí el Lago Skottsberg y Lago Pehoé, este último con un color azul inigualable. Me maravillé con el imponente Glaciar Grey.

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Compartí comida y experiencias con otros viajeros, caminé acompañada de personas muy ricas culturalmente hablando, recibí ayuda espontánea en varias ocasiones, como ejemplo una mano de apoyo en una subida dificultosa. Pensé que no iba a tener fotos en donde saliera yo, pero felizmente me equivoqué, la gente es generosa, todos en muy buena onda, tuve fotógrafos chilenos y de otras naciones.

Disfruté conversaciones muy enriquecedoras, fotografié majestuosos paisajes, cargué mis cosas, mi mochila, que la verdad pasó a ser parte de mi cuerpo. Agradecí contar con un lugar protegido donde dormir. Todos mis sentidos estaban encendidos y puestos en lo que estaba viviendo. En fin… para mí el trekking en Torres del Paine fue increíble, disfruté, disfruté y disfrute.

Y de pasadita me fui al Glaciar Balmaceda y Serrano, cómo no ir si ya estaba en Patagonia, una experiencia maravillosa.

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Si hay alguien por ahí con el deseo de partir ¡atrévete!, el resultado puede ser sorprendentemente mejor, todo depende de uno mismo.

Si quieres conocer más de esta historia visita www.lesliesusana.cl

¡Saludos!

Leslie