Un estudio publicado en la revista Occupational and Environmental Medicine, plantea que las mujeres que trabajaban en turnos nocturnos son hasta cuatro veces más proclives a desarrollar cáncer de mama que aquellas que trabajan de día.

Trabajar en el turno de noche puede alterar el reloj corporal haciendo que te sientas cansada y con sueño y parece ser que aumenta el riesgo de contraer cáncer.

Un estudio publicado en la revista Occupational and Environmental Medicine, plantea que las mujeres que trabajaban en turnos nocturnos son hasta cuatro veces más proclives a desarrollar cáncer de mama que aquellas que trabajan de día.

Johnni Hansen, un epidemiólogo en el Instituto de Epidemiología del Cáncer de la Sociedad Danesa del Cáncer, y su colega Christina Lassen, estudiaron a 18,500 mujeres que estaban en el ejército entre 1964 y 1999. Los investigadores dieron seguimiento a su salud y, tras desechar factores genéticos y otros riesgos potenciales, detectaron que aquellas mujeres que trabajaron turnos nocturnos presentaban un riesgo 40% mayor de contraer cáncer de mama que aquellas que trabajaban de día.

La investigación sugiere que los cambios en los niveles hormonales debido a interrupciones en el reloj interno del cuerpo (trabajar de noche y dormir durante el día) invierte el ritmo circadiano del cuerpo, que a su vez altera los niveles de melatonina. Normalmente, la hormona aumenta durante la noche, pero la luz artificial la suprime, junto con otros componentes que influyen en las células mamarias. De hecho, los niveles bajos de melatonina es una característica en pacientes con cáncer de mama.

Si bien el estudio aún se encuentra en fase experimental y falta contrastarlo con otras investigaciones en la misma línea, los resultados han llamado la atención de la comunidad científica europea.

 

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Fuente: MamaNatural