Enero es época de descuentos. Después de Navidad comienzan a aparecer vitrinas más ordenadas con nuevas colecciones y todo lo de la temporada anterior baja sus precios para que la tentación por comprar sea irresistible. No sé si a ustedes les pasa pero lo que es yo, odio los letreros que dicen “desde 9.990” o el precio que aparezca… No hay nada mas desilusionante que cuando ves esa publicidad y llegas a buscar lo que la oferta te promete y te das cuenta que ese “desde” sólo te vende el cinturón del vestido que te encantó o hasta la hebilla de éste. Nada de lo que tu creíste que cubría el “desde” estaba incluido en la oferta.

Desilusiones como estas las vivimos todos los días con la publicidad y el marketing; hemos visto la cantidad de reclamos que recibe el Sernac por “publicidad engañosa” tanto en viajes, moda, supermercados, etc. Sin embargo me gustaría que hoy comentáramos este mismo tipo de problema pero cuando elegimos pareja. Me atrevo a decir que la publicidad engañosa que ellos nos entregan y que nosotras vendemos es enorme, pero inevitablemente parte inherente de una de las primeras etapas del amor; el enamoramiento. Donde todo “lo perfecto” es material propio y natural, ya que las mariposas nos tapan la vista.

De esta forma compramos todo lo que tenemos en frente y vendemos una imagen de mujer que muchas veces no se parece en nada a lo que realmente somos cuando la relación avanza: seguras, independientes, súper relajas, anti brujas, cero celos, en fin, algo que quizá muchas quieren trabajar para llegar a ser, pero que cuando comienza a aparecer se muestra como una profunda estafa para los que nos “compraron nuestra volá relax”. Por otra parte nosotras comenzamos a lidiar con que “el súper conquistador” de un principio, el que te piropeaba todo el día, el que te hacía desayuno, el que te llevaba chocolates y el que a los 3 meses te decía que eras la mujer de su vida, desapareció también con el tiempo.

No se asusten con lo que leen, esto les pasa a tod@s. Es normal, es parte de la evolución del amor y uno se enamora igual a pesar de que las claras señales de estafa comiencen a aparecer. Es precisamente este momento en el que uno, con menos mariposas obnubilando tu vista, decide si la persona con menos adornos de los que pensaste que tenía, es la persona con la que quieres construir algo. Y aquí es donde comienza lo real. Aquí es donde TODAS deben tener inmensamente claro cuál es su “DESDE” en todo esta historia.

Tu “desde” es eso que toda tu vida has querido para compartir en pareja ya que te llena desde lo más básico de ti, tu “desde” es eso que jamás deberías tranzar ya que es el mínimo que necesitas tener cubierto para apostar en tu felicidad a largo plazo, tu “desde” es ese deseo más personal y que depende de la historia de cada sujeto, tu “desde” es eso que nunca puedes obviar al partir una relación.

Muchas mujeres están tan obnubiladas en construir proyectos a futuro que muchas veces se olvidan con quien lo están haciendo y cuando pasa el tiempo, cumplen sus  propósitos soñados y se dan el tiempo para mirar a quién tienen a su lado, se dan cuenta de que de lo único que se enamoraron fue del proyecto. Tranzaron tantas cosas para lograr ese objetivo que eso que siempre anhelaron de ser pareja fue postergado por otras cosas, y ahí comienza el camino hacia la insatisfacción permanente.

Chicas por favor, dejen de leer, siéntense un segundo y piensen cuál es ese “desde” que jamás van a tranzar, qué es lo más mínimo que necesitan para ser felices en parejas y cuando eso lo tengan absolutamente definido, compren toda la publicidad engañosa que quieran, pero siempre cubran lo básico, todo lo demás, es adorno.

 

Columna para Cosmo edición Enero

Por Nerea de Ugarte López Directora de Mujer y Punto