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Un amante con cerebro. Las mujeres tendemos a decidir sobre la seriedad de nuestras relaciones basándonos en ciertos puntos en los cuales disfrutamos con nuestra pareja. Un hombre ideal, con el cual es posible entablar una relación seria y duradera, debe ser con quien podamos reírnos, con quien nos guste salir, quien pueda compartir adecuadamente con nuestras amistades, a quien nos guste besar, con quien podamos tener buen sexo, quien te ayude cuando lo necesites y quien te permita ayudarlo en los distintos ámbitos de la vida.

Este hombre puede tener todo lo que necesitas, ser hermoso, responsable, trabajador, educado, cariñoso, atento, bromista y tener una estabilidad económica y emocional acorde a tus ideales, pero si no lo sientes a la par en inteligencia, o incluso superior, la relación no perdurará.

La inteligencia no solo se basa en el conocimiento, sino que también en la improvisación. Un hombre con el suficiente cerebro te hace sentir protegida, amada y a la vez importante y viva. Inclusive en el sexo es importante la inteligencia, un hombre que piensa no dejará que hayan vacíos incomodos y te hará sentir plena en todo momento, en cambio un hombre menos inteligente, por así decirlo, intentará ser otra persona y tu intentarás calzar en él, cosa que a la larga te aburrirá ya que en sus actitudes no encontrarás un factor común digno se admiración.

Isabel Allende dice: “Para las mujeres el mejor afrodisiaco son las palabras, el punto g está en los oídos. El que busque más abajo está perdiendo el tiempo”.

Respecto a esta frase en específico creo que la última parte está demás, pero de igual forma podría aseverar que una mujer quiere siempre admirar a su hombre, me atrevería a decir que el amor real se basa en la admiración por el otro. ¿Quién de ustedes no ha disfrutado de escuchar hablar a su hombre? Ver que todos le prestan atención o que su singular y bien pensado sentido del humor hace trabajar neuronas en los presentes es un punto de atracción para la mayoría de nosotras y para otras tantas mas recatadas es enormemente admirable ver como su hombre es capaz de solucionar conflictos, responder preguntas rebuscadas o inclusive reparar una cañería.

Una mujer quiere ser defendida y que sus ideas sean complementadas con un argumento fundamentado. Puede parecer una idea machista pero creo que ambos sexos en la pareja están el uno con el otro para aprender de ambos, en mayor medida la mujer ya que sin duda buscamos alguien que nos enseñe, que nos avale y que nos critique si es que es necesario, para ir evolucionando en la escala del conocimiento y del saber, del aprendizaje de vivir.

El hombre que no sabe lo que quiere en la vida desilusiona y aburre. Todos tenemos sueños y metas a las que debemos ser consecuentes en todo momento y no pensar en cumplir la próxima sin antes terminar lo que comenzaste. La falencia de inteligencia en el hombre está directamente relacionada con la capacidad de tener una vida propia, un hombre sin inteligencia intentará vivir tu vida como si fuera de él y se olvidará de la suya. Tener una vida propia es indispensable para forjar una relación real, muchas relaciones fracasan porque uno de los dos basa su vida en la vida del otro, se sumerge en sus deseos y en sus preocupaciones de tal manera que no dejan cabida al tiempo libre en la pareja. Una como mujer valora la atención de parte de su hombre sin embargo en muchas ocasiones pasa a ser invasivo y esto se da con mayor regularidad en los hombres que no tienen vida.

Al decir “no tienen vida” no me refiero a que sean unos sombíes, si no que más bien a quienes llevan trabajos monótonos con los que no están a gusto, quienes no tienen hobbies ni amistades reales con las cuales salgan de vez en cuando o simplemente a quienes aún no saben lo que quieren en la vida.

Es normal que cada cual en la pareja salga por su lado, ambos merecemos un tiempo óptimo para echar de menos al otro, para extrañarlo, para desearlo, para analizar los momentos vividos junto a él pensándolos desde uno mismo. A mi parecer es una pésima costumbre la que adoptan algunas parejas de pensarlo todo en conjunto, obviamente puedes ser participe en los sueños del otro pero no por ello dejarás de tener tus propios sueños, y al decir sueños no me refiero a ideas en el aire, me refiero a metas en proceso o prontas a ser concretadas. Nadie en este mundo vive de sueños, nadie se alimenta de aire ni respira amor, por lo que insisto en que pare ser capaces de llevar una vida en pareja relativamente estable hay que priorizar por saber llevar tu propia vida. Nadie aprende a amar al otro si no se ama antes a sí mismo.

Por Sabrina Finsterbusch 

@sabrina_muriel

 

La foto es de: www.imagenes-amor.net –