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La verdad es más extraña que la ficción, pero esto es porque la ficción está obligada a atenerse a la probabilidad; la verdad no.- Mark Twain.

Durante el camino de la vida nos vemos enfrentados a personas o situaciones que nos llevan a compartir una historia. La cual puede durar sólo un capítulo, o incluso varios tomos de un libro. Y yendo al extremo, por qué no… algunos pueden llegar a ser una historia sin fin.

A esto llamamos la libertad de elección.

En cada historia, puede existir una trama real, o bien una ficticia, aquella que está maquillada para brillar, sonando atrayente y cautivadora.

Al igual que avanza la historia o el libro, la vida puede ser difícil y las emociones a las que nos vemos enfrentados a veces pueden ser abrumadoras. La clave está en saber descifrar los códigos, y ver con ópticos neutrales para “decidir”.

La realidad “ES”. Si estás viviendo emociones difíciles, la realidad estará más complicada. Por el contrario, si la realidad está en una etapa de abundancia, ésta será más llevadera y tranquila.

La realidad no está oculta. Si hoy estás frente a una gran pendiente rocosa pero luego se ve un bello prado, efectivamente es así. Lo interesante es que cada uno sepa hacer del camino en que se encuentra un tramo positivo y armonioso– aunque canse-, de modo de evitar que la influencia negativa de los acontecimientos pueda quedarse en la forma de emociones atrapadas.

La ficción por su parte, es una historia desconocida respecto a qué porcentaje es real y cual es disfrazada, aquella que no existe, y que está frente a ti para tapar la realidad.

Frente a esta óptica, es importante saber descifrar el código irreal, y transformarlo a real de la forma más rápida  posible, aunque duela.

Esta transformación es como una ecuación matemática, mientras más rápido haces el cambio, más pronto el dolor, pero a la vez éste ultimo dura menos. Lo que no es, tarde o temprano se mostrará de verdad, pero puede que pasen muchos años, y extender la realidad, está será mucho más dolorosa que haberla enfrentado en sus inicios.

Vive tu realidad e invita a los que comparten tu vida a lo real, de esta forma la vida se vive de verdad. El peso de la mentira te triplica los momentos de dolor, y disminuye considerablemente a los momentos de felicidad.

Verónica Onetto

Foto de: mujer-catolica.blogspot.com