Me pidieron que respondiera a la pregunta ¿qué tiene de bueno ser mujer? A pesar de que en un momento de mi vida hubiese deseado ser hombre porque sentía que era mucho más fácil y tenía muchas más ventajas vivir  desde la vereda masculina que desde la femenina, hoy que ya he vivido una gran parte de mi vida como mujer, no me cambiaría de vereda. Además concluí que la vida masculina también tiene lo suyo y que no es ni tan fácil  ni tan ventajoso.

Somos bastante criticadas y estereotipadas. Lloronas, cargantes, hincha pelotas, dominantes, posesivas, celosas, mandonas, sabelotodo, criticonas, en fin, muchos defectos que se consideran que nos identifican a las mujeres. Quizás estén en lo cierto y debamos hacernos cargo. Cuando el río suena es porque piedras trae, dice el dicho.

Pero también tenemos nuestro lado A y sobre él he estado reflexionando  y me ha provocado el orgullo de pertenecer al sexo femenino. Y me refiero específicamente a nuestra capacidad de hacernos cargo de nosotras y de ir en ayuda de nuestro género. Las causas de esto serán antropológicas, sociológicas, sicológicas, no lo sé, sólo sé que al no saber a dónde recurrir, a quién preguntar, de vergüenza, de miedo, de soledad, desolación, finalmente, nos buscamos.

Somos empáticas, solidarias y generosas, especialmente con nosotras mismas, conformamos redes de apoyo femeninas y somos capaces de recibir y dar ayuda sin miramientos porque intuimos que eso es lo que tenemos que hacer. La empatía ante el trauma ajeno le hace bien al que la recibe y al que la da. Al que la recibe porque disminuye el miedo; al que la da porque el acto de humildad de escuchar a otro nos ayuda de verdad a escucharnos y a tener menos miedo.

Desde nuestras madres que nos han ayudado en la crianza de nuestros hijos, las amigas que nos ayudan en momentos de congoja y hasta la conformación de organizaciones que van en nuestra ayuda. Respecto a esto último me ha tocado vivir esta experiencia  que me ha dejado maravillada, con un profundo agradecimiento y con la sensación de que tengo que devolver la mano de alguna manera.  Mujeres que han sido capaces de conformar una corporación que va en ayuda de sus pares con la intención de acompañar, orientar, informar y apoyar en un momento intenso y confuso como es cuando a una mujer le diagnostican que tiene cáncer de mama.

Diagnóstico que puede cambiar radicalmente su vida y la de las personas que la quieren. Me refiero a laCorporación Yo Mujer, institución creada por mujeres y para las mujeres y que prestan una atención absolutamente gratuita con el único objetivo de servir. Así somos nosotras: brujas y ángeles, demonios y santas, insoportables y simpáticas, pero por ahora me quedo con que nos caemos y nos levantamos, miramos siempre adelante, improvisamos sobre la marcha y siempre somos para nosotras un respaldo mullido donde recostarnos.

Susy Hernández Garros …Cincuentona, hija, hermana, mamá, ex, amiga, amante y suegra….