You are currently viewing “A ti, que todavía no decides si te vas o te quedas”

“Es una pena que tú, por el que tantas expectativas tenía, por el que estaba volviendo a sentir eso que pensaba que ya no existía dentro de mi, me estés provocando las ganas de pedirte que te vayas. O que entres de una vez.”

“Pero no te quedes más a la deriva… porque es una tortura. Una tortura que no habla. Y los peores dolores son en silencio, porque se agrandan. Pero tampoco me veo con la capacidad mental, ni mucho menos emocional, de poder explicarte todo lo que siento.”

“Porque siento. No soy de hielo… y lo era. Y es una verdadera pena, que tú que tanto me derretiste, me estés demostrando que llevas mucho más hielo del que me había creado yo…”

“Lo peor de todo es que ya no me reconozco ni a mi misma, no entiendo cómo me estoy dejando engañar de esta manera y que aún así… lo permita.”

“Solo con tal de que dure una vez más. Solo con tal de que no se agote otra esperanza más. Y eso no es quererme, eso es querer que me quieras tú. Y no. Esa nunca he sido yo.”

“Y me echo tanto de menos… que me esfuerzo en recuperar mis días conmigo misma con nada más que un libro y un camisón, y ya no consigo concentrarme en otra historia que no sea esta; intento recuperar la alegría que me sobraba en mis días con mis amigas, y ahora tengo que obligarme a desconectar mi mente y dedicarle esos instantes únicamente a ellas; intento recuperar esa chispa en mis días de fiesta, en los que antes todo fluía y ahora solo busco la manera de que no fluya nada, de dejar una hoja en blanco; pero sobretodo… intento recuperar todas mis noches…”

“Quiero recuperar esas noches en las que llegaba a mi cama y ni siquiera miraba el móvil para preocuparme si había puesto la alarma o no, me sobraban segundos para quedarme dormida…”

“Ahora… ahora después de quince hojas escritas de malas maneras y siete cigarros, los cuales nunca me han hecho falta, se me han convertido en la única manera posible de conciliar el sueño y sentirme… desahogada.”

“Y no está bien que tenga que contárselo a unas hojas, que siempre acaban rotas de dolor por no romperme yo de dolor contigo. Solo por el hecho de no saber qué pasa por tu cabeza, si es que paso. Porque nunca pasa nada… porque siempre está “todo bien”. Y no encuentro frase más hipócrita que esa…”

“Pero si yo soy ese “todo bien” al final de un día, si no soy quien te provoca contarle absolutamente NADA, que simplemente te provoca… entonces… entonces ahórrame a mi este esfuerzo, este pulso que me estoy echando inútilmente… y vete.”

“Y no vuelvas. Ni aún pidiéndotelo yo.”

Lina Jaramillo

Foto: we heart it