Según un estudio realizado por la Universidad de Washington (EE.UU) las parejas que establecen un reparto tradicional de las tareas domésticas mantienen más relaciones sexuales que aquellas que distribuyen por igual todos los quehaceres del hogar.
La investigación menciona que la frecuencia con que las parejas practican sexo es mayor cuando las mujeres cocinan, limpian la casa y se ocupan de las compras, mientras que los hombres arreglan los autos, y se encargan de las tareas de electricidad y fontanería.
Las parejas estudiadas mantenían relaciones sexuales cinco veces al mes, la cifra prácticamente se duplicaba cuando el marido no cocinaba, ni limpiaba. “Los resultados muestran que el género todavía condiciona la vida cotidiana de un matrimonio”, concluye Julie Brines en un artículo que publica la revista American Sociological Review.
El estudio se basa en datos de 4.5000 parejas heterosexuales estadounidenses recogidos entre 1992 y 1994, por lo que habría que analizar si esa tendencia en la división de las tareas domésticas ha cambiado en las dos últimas décadas.
