Si bien los dolores y las sensaciones durante el parto son distintos en cada mujer e incluso con cada hijo, es posible que te prepares ante las diferentes situaciones que pueden presentarse en ese momento tan particular y tan esperado con emociones de alegría y ansiedad.

Cuando llegue el momento, comenzarás a sentir las tan nombradas contracciones, primero de manera pausada y luego con más frecuencia e intensidad. Cuanto tus contracciones se produzcan cada cinco minutos, entonces será el momento de iniciar el alumbramiento. En ese momento, sentirás dolor. Muchas mujeres les temen a estos dolores, pero para tu tranquilidad, ten en cuenta que existen distintas alternativas que te permiten aliviar estos síntomas y enfrentar mejor el momento del parto. Además, piensa que el dolor del parto es un dolor benigno, por decirlo de alguna manera, porque es tu cuerpo que se abre para darle paso a la nueva vida que te acompañó durante 9 meses. También recuerda que es un dolor que pasará y que probablemente pasará a un segundo plano cuando tengas a tu guagua en tus manos.

Algunas formas de controlar los dolores del parto  incluyen medicinas y otras no.

En general, las medicinas más utilizadas son:

  • Analgésicos: actúan de manera sistémica, es decir que afectan a todo el cuerpo, y pueden provocar efectos secundarios en la madre, como somnolencia y náuseas. Esta medicación también puede llegar al bebé, sus efectos dependerán de la cantidad utilizada y de lo cerca del nacimiento que se haya administrado.
  • Tranquilizantes: no alivian el dolor pero te ayudarán a calmarte y a relajarte si estás muy ansiosa. Pueden tener efectos significativos sobre la madre y el bebé, algunas mujeres experimentan una pérdida del control que les resulta desconcertante mientras que a otras les cuesta recordar los detalles del parto.
  • Anestesia local: es la opción que elige la mayoría. Elimina la sensibilidad en zonas específicas del cuerpo y se puede utilizar tanto en el parto vaginal como en el parto por cesárea. Una de las más empleadas es la llamada epidural,que proporciona un alivio continuo del dolor del ombligo para abajo, incluyendo las paredes vaginales, durante todo el proceso del parto. Puede dificultar los pujos para expulsar el bebé y provocar una disminución de la tensión arterial, pero los riesgos para el bebé son mínimos.
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Algunas mujeres prefieren no utilizar medicinas y recurren a otros métodos alternativos. En este caso, si optas por esto, ten en cuenta que los dolores pueden hacerte cambiar de opinión en medio del parto. Si es así, no te avergüences ni te sientas mal por ello.

Para evitar las medicinas durante el parto, debes comenzar a prepararte durante el embarazo e incluso antes de quedar embarazada, practicando ejercicio físico de manera regular (a menos que tu médico recomiende que lo evites), para fortalecer la musculatura, incrementar la resistencia y preparar tu cuerpo para el esfuerzo del parto. ¡Ten cuidado de no excederte, recuerda que estás embarazada!

Si vas a clases de preparación para el parto, además, seguramente te enseñarán diferentes técnicas para controlar el dolor. Las dos filosofías de preparación para el parto que más se siguen en los Estados Unidos son: la técnica Lamaze y el método Bradley o “parto asistido por el padre”.

La técnica Lamaze postula que el parto es un proceso normal, natural y saludable y adopta una postura neutral en lo que se refiere a la medicación para controlar el dolor, utiliza técnicas de relajación, respiración profunda, distracción o  masajes del acompañante.

El método Bradley, en cambio enfatiza el enfoque natural del parto y la participación activa del padre como ayudante, e intenta evitar la medicación a menos que sea absolutamente necesaria: hace hincapié en la alimentación sana y balanceada, la práctica del ejercicio físico durante el embarazo y las técnicas de relajación y respiración profunda como formas de hacerle frente al parto.

Otras formas de controlar los dolores del parto incluyen:

  • yoga y/o meditación
  • caminar
  • masaje o contrapresión
  • cambio de postura
  • darse un baño o una ducha con agua tibia
  • distraerse contando o realizando una actividad que mantenga la mente ocupada en otra cosa
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En cualquier caso, el aprender técnicas de respiración puede ayudarte no sólo a soportar los dolores sino también a calmar tu ansiedad y nerviosismo en ese momento.

Mantén la calma, piensa que el dolor del parto es un “proceso” normal y que todas las mujeres que han dado a luz, han pasado por esto. ¡No estás sola y tu cuerpo puede hacerlo! Para eso está diseñado. Y, que si necesitas, en el siglo XXI hay ayuda para que el proceso te sea más fácil sin poner en peligro a tu hijo.

Fuente: VidaySalud

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