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Fases en la respuesta sexual

La especialista citada añade que “en la respuesta sexual existen 4 fases. La tercera fase u orgásmica dura sólo unos segundos y en ella la mujer experimenta una serie de contracciones musculares involuntarias en la vagina, útero y/o recto, las cuales resultan muy placenteras. El número y duración de estas contracciones depende de cada mujer, pero en esta etapa la velocidad de respiración, pulso y presión arterial llegan a su máxima aceleración y la tensión muscular a su punto más alto”.

En este sentido, la respuesta orgásmica es una sola, aún cuando los estímulos sexuales puedan recibirse a través de distintas zonas del cuerpo, como pezones, vagina o clítoris. Y es aquí donde la profesional es enfática en asegurar que “el clítoris cumple una sola función. No sirve para otra cosa más que para producir placer sexual”.

Causas multifactoriales

La frigidez, hoy conocida como anorgasmia, tiene causas multifactoriales, es decir, éstas provienen de diversas fuentes que en definitiva hacen que la mujer no pueda alcanzar la etapa de llegar al orgasmo de manera satisfactoria.

Al respecto, Odette Freundlich, quien también es Directora del Centro Mi intimidad, asegura que “las causas asociadas a la anorgasmia son del tipo sicológicas o médicas. Para las primeras podemos mencionar pensamientos distractores, depresión, ansiedad, conflictos con la pareja, fatiga, estrés, falta de privacidad, educación restrictiva, carencia de autoconocimiento corporal, fobia o abuso sexual, inhibición o haber recibido una educación religiosa  negativa respecto del sexo”.

En tanto, para los factores médicos, la especialista nombra a los trastornos neurológicos, ginecológicos, circulatorios,  endocrinos, deficiencia hormonal o cirugía. Y como causa medicamentosa, el uso de narcóticos, o sedantes.

Además, como causas que se relacionan con situaciones específicas de la mujer o su pareja, la kinesióloga cita la estimulación inadecuada por parte del varón, no conocer la ubicación del clítoris, deterioro de la relación de pareja, o enamoramiento de una persona diferente al individuo con quien mantiene una relación.

Dentro de las consecuencias más próximas a quienes sufren esta disfunción, en las mujeres anorgásmicas es muy frecuente el miedo a perder el control sobre los sentimientos y sobre su propia conducta, tienen temor a ser abandonadas, a que su pareja se de cuenta de la dificultad que tienen para obtener un orgasmo y en definitiva a ser descubiertas por tener que fingir para complacer a su compañero.

Terapia y tratamiento

antidepresivos y antisicóticos

Para quienes se preguntan sobre la existencia de tratamientos que aseguren una cura para este problema, el punto de partida está en, antes que todo, diagnosticar el origen y recibir ayuda de parte de un especialista calificado.

Los tratamientos para la anorgasmia incluyen terapias individuales y de pareja, que si se siguen acuciosa y correctamente, pueden tener excelentes resultados.

Odette Freundlich puntualiza que “para la anorgasmia se pueden realizar diferentes tratamientos, tales como terapias sexuales, sicoterapias focalizadas, breves y de resolución sintomática. El objetivo principal de ellos es lograr que la mujer se entregue a la experiencia sexual sin temores ni culpa, eliminar las actitudes negativas y prejuicios en torno a la sexualidad y mejorar la comunicación entre la pareja”.

Gracias al adecuado tratamiento, la mujer tendrá conocimiento, identificación y comunicación de las sensaciones corporales y podrá obtener placer al disfrutar de su cuerpo.

Las técnicas utilizadas en la actualidad para tratar esta disfunción sexual son:

  • Autoconocimiento corporal
  • Enseñanza de anatomía genital en pareja
  • Aprendizaje de la  respuesta sexual
  • Reclasificación de mitos y pensamientos erróneos
  • Enseñanzas de técnicas de autoerotismo y orgasmo en pareja
  • Incorporación de las técnicas aprendidas al coito

Conocer el cuerpo y sus sensaciones

Tal como dice la especialista, “cada mujer debe ser responsable de sus orgasmos”, conocer su cuerpo sin miedos ni tapujos, tener certeza de que a través de él puede experimentar el placer y distintas sensaciones y tener la capacidad de comunicárselo a su pareja.

El cuidado se debe situar en estar alerta frente a cualquier cambio que se detecte en el plano sexual, ya que en cualquier momento de la vida se puede producir una anorgasmia secundaria, a raíz de un conflicto de pareja, un problema médico, medicamentoso o situacional.

Lo bueno es que hay ejercicios o técnicas que ayudan, en el tratamiento a través del fortalecimiento de los músculos pubococcígeos, aumentando la capacidad y la intensidad de los orgasmos, tensionando la vagina, logrando la erección clitoriana y produciéndose de esta forma el orgasmo femenino.

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Odette Freundlich

Kinesiologa , Especialista en Disfunciones sexuales y del suelo pelviano.

Centro Miintimidad ,  www.miintimidad.cl

Clínica Las Condes