La adolescencia es una etapa llena de cambios, que van desde lo físico, lo sociológico y lo social. Son tantas cosas que les suceden a la vez, que los lleva a confundirse, a tomar decisiones erróneas y a tener las emociones a flor de piel.
Uno de los cambios que más los marcan es el “despertar sexual” que muchas veces los adolescentes toman como un juego y comienzan a tomar decisiones equivocadas en torno a su sexualidad y no dimensionan la responsabilidad y las consecuencias que éstas tienen para ellos.
Es en este punto donde nacen distintos juegos sexuales que exponen a los adolescentes a un nivel de promiscuidad muy alto. Uno de ellos es conocido como La ruleta sexual o El Muelle, que según cuenta un reportaje realizado por el portal español El Mundo, está creando un estado de alerta en España por las consecuencias que se están viendo.
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Juego La Ruleta Sexual
El juego tiene como requisito que participen hombres y mujeres. Los chicos deben sentarse en sillas uno al lado del otro, con los pantalones abajo y su genital erecto, para que las chicas puedan ir rotando y sean penetradas por ellos. El competidor que pierde es el primero que eyacula y el ganador, por ende, es el último en hacerlo.
El grave problema, según consigna el portal, es que los adolescentes que practican este juego no usan ningún tipo de protección y se exponen así a enfermedades de transmisión sexual (ETS), embarazos no deseados y heridas en los genitales, sobre todo en las mujeres por la penetración rápida y forzada.
Todo lo anterior, salió a la luz pública a través de un video que se difundió en España donde aparecen cinco chicos alcoholizados y tres chicas menores, donde se ve la acción del juego cambiando pareja cada 30 segundos y donde la chica que graba, los alienta y ríe con la situación.
Libertad sexual, embarazos y enfermedades
Si bien el reportaje afirma que La ruleta sexual es practicado por una pequeña parte de adolescentes, cuentan que el juego llegó desde Colombia y que ha adquirido de a poco una mínima y peligrosa popularidad en España. Así lo consigna Pilar Lafuente, ginecóloga del Hospital La Paz, que cuenta que en el año 2016 pasaron de tener 2 o 3 casos al año de ETS, a 10 en un solo trimestre.
Otro punto muy alarmante que investigó el sitio es el tema de los embarazos, ya que cuatro adolescentes aseguran haber quedado encinta después de jugar “No era consciente de que podía pasar, pero… al no usar condón, hicimos varias rondas hasta que solo quedara uno… Fue una tontería. Ya habíamos jugado más veces y nunca había sucedido nada”, es el testimonio de G de 17 años.
“A mis padres les dije que había sido un accidente con mi novio. Menos mal que ya ha pasado. Vaya susto. No lo hemos vuelto a hacer”, explica la menor que optó por abortar. “En ese entonces éramos dos chicas y cuatro chicos. Nos emborrachamos y jugamos al ‘muelle”, admite.
Otro testimonio es el caso de R., un adolescente que fue parte de la ruleta y cuenta que siempre son más hombres que mujeres los dispuestos a participar y asegura que no usan condones “porque no se disfruta igual”.
Malas experiencias sexuales
Para Ana Lombardía, psicóloga y sexóloga, señala que la inmadurez, la falta de educación sexual y la inconsciencia de un estado etílico, son la peor combinación en un adolescente.
“Los adolescentes están empezando a normalizar este tipo de prácticas y crean una relación de desigualdad entre los niños y las niñas. Son ellas las que se suben encima, van girando. Ellos controlan la eyaculación, en ningún momento se piensa en el placer. Se lo toman como algo divertido, otro juego más, una práctica de poder. Las chicas se prestan a ello porque quieren demostrar estar más liberadas sexualmente. Y los chicos compiten entre ellos para ver quién es el más macho, el que más aguanta“, detalla la experta.
Pero otro problema que se presenta, son las malas experiencias sexuales que adquieren los adolescentes en estos juegos. “Hacen un mal aprendizaje de la sexualidad. Los chicos luego pueden tener problemas de erección, de control de la eyaculación. Pero la peor parte es para ellas. El dolor que les está suponiendo ser penetradas sin estar excitadas les produce vaginismo; la vagina está contraída y así se producen desgarros y heridas”, detalla la sicóloga.
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Por Alejandra Poli G.
