Por Joanna Wurmann
No exagero cuando les digo que hacía años que quería ver el musical The Book of Mormon. Recuerdo, como el día de hoy, el entusiasmo de mis padres con la divertida obra. “¿Un musical cómico?”, pensé yo. Claro, que los hay y muchos, pero ninguno parecía acercarse siquiera a lo que ellos relataban. Y, finalmente, anoche, pude cumplir mi sueño. ¡Creo que hacía meses que no me reía tanto! ¡Me llegó a doler la mandíbula!
El musical, que ayer se estrenó en el Broward Center for the Perfoming arts, cuenta la historia de dos misioneros mormones que son enviados a Uganda a evangelizar a la población local. ¿Suena divertido? ¡La verdad es que para nada! Por el contrario, al leer la trama lo más probable es que pensaras que esta obra es aburrida y probablemente sin sentido alguno. Sin embargo, cada paso de baile, cada palabra y cada nota son parte de un montaje que no sólo ofrece risas, sino también mucho color, pegajosas canciones, destacadas actuaciones y varios mensajes.
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La irreverencia es, sin duda, una de las palabras que se me viene a la mente al escribir estas líneas. The Book of Mormon desafía y se burla de temas y figuras que son veneradas o tomadas demasiado en serio por muchos, haciéndolo de una manera humorística, provocativa y por momentos un poco grosera. El musical utiliza el humor y la sátira para abordar temas sensibles como la religión, la cultura, y las creencias.
A pesar de que, como dije, son varios los temas que se critican en la obra, sin duda, es la burla a las religiones, personificadas a través de Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, la que conduce a la trama por el camino musical. La historia muestra a los misioneros mormones, principalmente los personajes de Elder Price y Elder Cunningham, como entes idealistas, simplistas, ingenuos y obedientes, que creen que convertirán fácilmente a los aldeanos locales, mejorando sus vidas a través de la fe. Sin embargo, esta visión choca con la realidad cruda de Uganda, que incluye pobreza extrema, hambre, enfermedades como el VIH/SIDA, y violencia a manos de señores de la guerra locales. En este contexto, las soluciones basadas en las divinidades y en las enseñanzas religiosas, son inadecuadas o irrelevantes ante los problemas reales y urgentes de los aldeanos.
El dinamismo en la coreografía y el baile de The Book of Mormon capta inmediatamente la atención, gracias a su energía y la marcada exageración en los movimientos, que aportan una calidad visualmente impresionante al espectáculo. Esta vivacidad, junto a la diversidad y originalidad de la música, se alinea perfectamente con el humor del guion, manteniendo un ritmo constante que acompaña con acierto la evolución de la trama. En cuanto a las actuaciones, estas destacan por su mezcla de comedia y rasgos caricaturescos, profundizando el tono sarcástico y humorístico del musical. Además, el uso astuto de referencias contemporáneas inyecta una dosis de frescura y pertinencia, creando una conexión efectiva con el público y manteniendo su interés a lo largo de toda la obra
El musical hace un gran trabajo al equilibrar su aguda crítica social y religiosa con mensajes que realmente llegan. Aunque el humor es una constante, éste igual aborda temas serios como la pobreza, la violencia y la enfermedad, lo que añade una capa de profundidad y seriedad a la trama. Es interesante ver el desarrollo de personajes como Elder Price y Elder Cunningham, quienes gracias a esta experiencia aprenden a ver el mundo y a los demás con más empatía y comprensión. Además, la obra invita a la reflexión sobre la búsqueda de sentido y propósito en la vida, algo con lo que muchos nos podemos identificar. Y, por supuesto, las relaciones humanas no se quedan atrás. La conexión y la amistad entre los personajes, así como su interacción con la comunidad local, aportan momentos de genuina calidez y humanidad, mostrando un lado más emotivo y conmovedor del espectáculo.
Aunque soy una gran fanática de los clásicos de Broadway como “Los Miserables” o “El Rey León”, debo admitir que ver un musical moderno que mezcla íconos contemporáneos como Bono y Darth Vader es una experiencia totalmente refrescante. Es fascinante ver cómo se integran estos elementos actuales en la trama, demostrando que el arte de los musicales sigue vivo y que siempre encontraremos alguna nueva propuesta que pueda alimentar nuestra alma.
Joanna Wurmann, Editora y Corresponsal en Miami, Mujer y Punto.
Para más de Miami sígueme en @miamibyjoey
Los boletos comienzan desde $50.00* y están disponibles en BrowardCenter.org y Ticketmaster.com, por teléfono al 954.468.0222 o en la taquilla AutoNation del Broward Center ubicada en 201 SW Fifth Avenue, Fort Lauderdale, FL. 33312. ¿Vienes en grupo? ¡Aún mejor! Pedidos para grupos de diez (10) o más pueden adquirirse llamando al 954.660.6307. ¡No te pierdas esta oportunidad única!
El Broward Center for the Performing Arts es uno de los principales escenarios de artes escénicas de Estados Unidos, con más de 700 presentaciones cada año para más de 700,000 espectadores, mostrando una amplia gama de emocionantes programas y eventos culturales. El Broward Center sirve a más de 130,000 estudiantes anualmente y está ubicado en 201 SW Fifth Ave. en Fort Lauderdale. Para más información, visita BrowardCenter.org
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Fotos: Julieta Cervantes
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