Al cruzar las puertas del Miami Marriott Biscayne Bay, me envolvió una sensación nostálgica, como si de alguna manera estuviese retrocediendo en el tiempo. Nunca he sido de aquellas personas que piensan que “los tiempos anteriores eran mejores”, pero no pude evitar recordar aquellos días en que visitaba Miami y mi querida abuela Clara aún estaba conmigo. Es imposible no emocionarse con los recuerdos, y más aún cuando el telón de fondo es el horizonte de Miami y las espectaculares vistas de South Beach, Brickell, el puerto y la majestuosa Biscayne Bay. No por nada, este emblemático hotel ha sido parte del panorama de esta ciudad por más de 40 años. Claro, que no vayan a creer que este lugar no se ha modernizado, porque después de una millonaria renovación, este vuelve a erigirse como el ícono que siempre ha sido, sin perder ese toque que aún logra evocar esos cálidos sentimientos de nostalgia. En esta ocasión, mi viaje a través del tiempo culminó en una experiencia gastronómica en Gold Coast Kitchen + Cocktails, donde el chef ejecutivo Craig Tooker ha tejido magistralmente el pasado con el presente a través de su innovador menú.
Gold Coast Kitchen + Cocktails presenta un concepto de cocina costera que refleja la esencia de Miami con un menú estacional, el cual destaca los ingredientes locales en cada plato, desde el desayuno hasta la cena. La influencia de los sabores internacionales audaces de la ciudad se siente palpablemente, ofreciendo una experiencia gastronómica única frente a la bahía. Además, el restaurante cuenta con una oferta variada de bebidas que promete satisfacer todos los gustos. Desde cervezas artesanales locales como Laces IPA y La Rubia Blonde Ale, hasta una selección cuidadosamente curada de vinos blancos, rosados y espumosos, y cócteles artesanales como El Bandito y Old Cuban. Gold Coast también destaca por su enfoque en tequilas de alta calidad, whiskies añejos y destilados, incluyendo el reconocido Bourbon Kentucky Straight Barrel 1792, seleccionado a través del Programa de Asignación de Barriles de Oro Estándar de Marriott.
La noche comenzó con el Beet Cured Salmon, un plato que me dejó asombrada por su impresionante textura y sabor, algo completamente inesperado. La combinación de crema de rábano picante, manzana verde, rábano, microarúgula y aceite de albahaca, no solo estableció el tono para la velada, sino que también se convirtió en un tema de conversación por su frescura y profundidad de sabor.
Siguiendo esta introducción, las Croquetas de Queso de Cabra y Alcachofa con salsa romesco y la Coliflor Dulce y Picante, envuelta en un glaseado de mango y habanero, se destacaron notablemente, ganándose el aplauso unánime de las asistentes. Estos platos demostraron ser un éxito rotundo, con una mezcla perfecta de innovación y sabor que capturó la esencia de la cocina creativa.
Por su parte, The Burger introdujo un giro único a la tradicional hamburguesa gourmet, intrigándonos a todas con sus componentes únicos: queso cheddar añejo, bacon de applewood con mermelada de cebolla, tomate maduro, lechuga, aioli de ajo asado en un pan de brioche, acompañado de papas fritas. Este plato no solo satisfizo nuestros paladares, sino que también elevó nuestras expectativas de cómo una hamburguesa puede ser reinventada con toques creativos.
Entre otros platos que adornaron nuestra mesa estaban los Tuna Poke Tacos, con un equilibrio perfecto de dulce y picante gracias al relish de piña y habanero, y la crema de lima; y el Swordfish , acompañado de lombarda estofada y espuma de mostaza, ofreciendo una experiencia gustativa tan rica como equilibrada. El Pollo Asado a Medio , con patatas mármol, espinacas y salsa de azafrán, y el Filete de Solomillo, presentado con papas fritas crujientes, cebollas caramelizadas y chalotas, junto con mantequilla de cebollino, complementaron la experiencia, destacando por su excepcional preparación y sabor.
El broche de oro de la noche fue el Pecan “Turtle” Cake, con su irresistible combinación de dulce de leche y praliné de pecanas, y el Pudín de Pan de Plátano por 12 dólares, que equilibró perfectamente el dulzor del plátano caramelizado con el helado de chocolate Jivara, culminando la velada en una nota alta y dulce.
Sin duda, mi visita al Miami Marriott Biscayne Bay y a Gold Coast Kitchen + Cocktails fue una mezcla perfecta de nostalgia y actualidad, haciendo que esos recuerdos se entrelazaran con nuevas experiencias gastronómicas memorables. Esta singular fusión no solo reafirmó mi conexión con el pasado, sino que también abrió un nuevo capítulo de descubrimientos culinarios en Miami, una ciudad que continúa sorprendiéndome con su dinamismo e innovación. El equilibrio entre la tradición y la novedad que ofrece Gold Coast Kitchen + Cocktails captura la esencia de lo que hace a esta ciudad tan especial, prometiendo no solo una comida, sino una experiencia que permanecerá en mi memoria y en mi paladar, invitándome a volver una y otra vez.
Joanna Wurmann, Editora y Corresponsal en Miami, Mujer y Punto.
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