Como bien sabes en México se celebra el 1 y 2 de noviembre una de las festividades más importantes para nuestra cultura, el Día de Muertos. Aparte de muchas otras acciones que se realizan en estas fechas una de las tradiciones más importantes para la gente mexicana es disfrutar de lo más delicioso de la temporada: el Pan de Muerto.
El origen de este pan se remonta a la época prehispánica, se utiliza para las ofrendas que las familias mexicanas ponen en sus casas cada año para honrar y recibir a sus muertos. Anteriormente el pan se cubría de semillas de amaranto, pero ahora se cubre con azúcar blanca en la Ciudad de México y con ajonjolí en otros estados de la República. Su preparación tiene algunas variaciones dependiendo de la región y en algunos lugares hasta tiene pequeñas dedicatorias.
Las figuras con bolitas que protegen al pan representan al esqueleto humano, al ciclo de la vida y la muerte y a los cuatro puntos o dioses del universo: Tezcatlipoca, Tlaloc, Quetzalcóatl y Xipetotec, de acuerdo a los Aztecas. Según las creencias populares, la bola grande que está al centro de estos panes significa la cabeza del muerto, los cuatro huesitos son las extremidades: brazo derecho, brazo izquierdo, pierna derecha y pierna izquierda; y todo el pan en conjunto es el cuerpo del difunto.
“Comer muertos es para el mexicano un verdadero placer, se considera la antropofagia de pan y azúcar. El fenómeno se asimila con respeto e ironía, se desafía a la muerte, se burlan de ella comiéndola”.
- José Luis Curiel, autor de “Azucarados Afanes, Dulces y panes”
Si visitas nuestro país en estas fechas no olvides probar esta deliciosa tradición y visitar las ofrendas que se colocan a lo largo y ancho de México. ¡Te esperamos!
