Por Joanna Wurmann
Entrar en un restaurante es como entrar a la casa de alguien. Una casa construida con mucha creatividad y talento (e inversión). Cada visita a un restaurante es un acto de confianza y credibilidad en esa persona o personas que ofrecen más que un plato de comida, si no más bien la posibilidad de ser parte de ese mundo cuidadosamente creado y que han decidido compartir con extraños. Entonces, cada platillo es en realidad una experiencia íntima y sensual entre el comensal y el chef (y su equipo). Entre todos los estilos de comida, sin duda que el más personal es el Omakase. Esta forma de comida japonesa permite al chef decidir y crear platillos de acuerdo a los ingredientes frescos que tiene disponible en ese minuto. Por lo general, estos lugares son elegantes y pequeños, ofrecen un menú que cambia según la temporada e incluso cada día y los chefs deben tener un alto nivel de conocimiento, técnica, creatividad y rapidez para elaborar cada propuesta.
Aun cuando yo ya había estado en varios Omakases anteriormente, en ninguno había experimentado una intimidad y complicidad tan intensa como la que viví en Sushi by Bou. Sentados frente al Chef Rubén Hill, quien dedicó en forma exclusiva poco más de una hora a satisfacer nuestra curiosidad y paladar, emprendimos un viaje de sabores y texturas que fue incrementando con cada bocado. Cada trozo y cada mezcla era un poco más potente que la anterior, aumentando nuestra curiosidad y obsesión por probar y conocer más de cada producto y cada preparación. Desde la forma única de preparar el arroz, gracias a la cual puedes saborear cada granito hasta la sorprendente categorización del Wagyu.
Con el creciente interés de Miami por el estilo Omakase, Sushi by Bou, busca satisfacer la necesidad de un sushi de buen precio y excelente calidad en Brickell. Con una propuesta que puede constar de 12 o 17 platos, este lugar te permite ser parte de la experiencia, ofreciéndote la posibilidad de adaptar las opciones a tus gustos o necesidades alimenticias. Comenzando con el suave sabor del Hirame japonés (Lenguado) y un trocito de la aleta del mismo pescado ligeramente dorado con una antorcha sobre arroz, nuestra experiencia fue transitando por sabores más intensos como los que ofrecen los diferentes cortes del atún, los salmones de diferentes procedencias y, por supuesto, las mejores categorías del Wagyu (Cat5). Como dije, este es un viaje único que no solo satisfacerá tu paladar, sino que además te permitirá aprender más sobre técnicas y materias primas.
La elegante cocina se complementa con una amplia selección de sake importado, raros whiskies japoneses y un menú de exclusivos y frescos cócteles. El postre, por otra parte, incluye helado de mochi de temporada, un final perfecto para una gran noche.
Ubicado dentro del SLS Brickell, este pequeño local ofrece solo 24 asientos, 12 de los cuales se encuentran en la barra, permitiendo generar esa intimidad de la que hablé con anterioridad. Decorado en tonos negros y detalles dorados, el ambiente es muy sensual, perfecto para una cita romántica o una experiencia diferente y única de cena (pronto estará disponible para almuerzo). Sin duda, que una visita a Sushi by Bou es un must en tu viaje a Miami.
Joanna Wurmann, Editora y Corresponsal en Miami, Mujer y Punto.
Para más de Miami sígueme en @miamibyjoey
Sushi by Bou, Dentro del hotel SLS Brickell (1300 S Miami Ave), www.sushibybou.com
