You are currently viewing The Sugar Factory: el restaurante más feliz del mundo

Dicen que Disney es el “lugar más feliz del mundo” (o por lo menos eso aseguran ellos y creo que muchos estarán de acuerdo). En todo caso si es así, entonces The Sugar Factory debería ser “el restaurant más feliz del planeta”. Todo acá es una especie de juego y desafío, a la vez, a la sobriedad y la delicadeza. Es una burla a esos restaurantes franceses que te sirven esas miniaturas de platos y te cobran un ojo de la cara. Es lo que inglés se definiría como decadent food, o comida excesivamente indulgente y rica en sabor, o sea “un placer culpable”.

Para los que me conocen y/o me han leído saben que yo no soy de comer comida chatarra y que me creo un poco sibarita. Por eso cuando llegué a Sugar Factory casi me da un ataque. Qué iba a comer en este menú lleno de súper-hamburguesas, Bolas de Mac-Cheese fritas, tragos  de tamaños gigantes…etc.? Pero aunque no lo crean (y esto es 100 por ciento verdad) disfrute cada bocado… y debo reconocer, que el lugar me sorprendió no sólo por su creatividad y ambiente sino también por la calidad de su comida.

La primera impresión que te llevas al entrar es que es una fábrica o más bien una tienda con la más variada y original gama de dulces. Pero, para mi sorpresa y felicidad de todos ustedes, es mucho más que eso.

Lo primero que me trajeron fue un trago como una pecera con una mezcla de jugo de mango y durazno. Hasta ahí suena todo normal, tal vez un poco exagerado el tamaño y ya. Pero no, la bebida estaba llena de dulces, rodeada con naranjitas confitadas y  echando humo por todas parte. Claro, la mixología es uno de los fuertes de este lugar no sólo por el porte sino que también por la originalidad de sus tragos (que pueden ser con o sin alcohol). Además probé Martini S´mores * y otro con mantequilla de maní. Ambos para mí estaban demasiado dulces, pero qué se yo que nunca tomo.

Las entradas fueron divertidísimas. ¿Han comido alguna vez una hamburguesa verde o roja? Pues yo me las devoré todas: amarilla, azul e incluso la morada. (Rainbow Hamburger USD 25) Lo que si al patito de hule de acompañamiento lo metí en la cartera.

Lo siguiente mi hijo no me lo va a creer, me trajeron una bolas fritas de Mac and Cheese (Fried Macaroni & Cheese Pops USD16) (algo que nunca comería), pero estaban muy buenas. Bien cremosas, sin demasiado sabor a fritura y con una salsa de tomate, albahaca y parmesano. Esto era un sueño!

Pero mamás no se asusten, una de la cosa que más me sorprendió fue que la ensalada Thai de Salmón estaba buenísima.(USD25) El pescado estaba húmedo, cocido a la perfección y el aderezo muy sabroso. Y contenía pinenuts algo muy poco común, pero que a mí me encanta. Me la trajeron para calmar mi ansiedad causada por ver tantas calorías frente a mí.  Además tienen varias opciones para aquellos que les gustan las verduras frías.

Yo creo que aquellos que no conocen a Sugar Factory no pueden llegar a imaginarse lo que este lugar ofrece. De verdad que es una fantasía para quien le gusta comer mucho y disfruta con la comida gringa. La variedad de Hamburguesas que ofrecen es de locos (y su tamaño también). También hay opciones vegetarianas. Claro que las que más llamaron mi atención fueron la Donut Burger (USD20) que está hecha con donas glaseadas (sí, leíste bien: Donas glaseadas) y la Waffle Breakfast Burger (USD21) que incluye, además de las 8 onzas de Angus, un huevo frito, queso derretido, hash brown, (croqueta de papas) tocino, y miel de maple, todo esto entre dos waffles de vainilla.

Por suerte yo sólo probé la Big Cheesy  (USD22), que como se podrán imaginar tenía macarrones con queso. Pero fuera de broma, la carne estaba sabrosa y a punto; el brioche venía tostado con salsa barbacoa lo que le daba un gusto muy especial y las papas fritas que la acompañaban estaban crujientes por fuera, pero blanda por dentro.

Por suerte no me trajeron postre, pero si dos malteadas que no sé cómo se las puede comer una sola persona. Son tan lindas y creativas que hasta da pena tomarlas. La primera es especial para niñitas que les gustan las princesas de Disney y el color rosa. Es el Princess make a wish Milkshake (USD23). Rellena con una mezcla de helado  y salsa de vainilla;  cubierta con chispas de arcoíris y crema batida y  acompañada  por una rueda de malvaviscos, pedazos de Kit Kat y un cupcake de cumpleaños rosado con una velita.

También pueden pedir el Cookie Monster make a wish (USD23) que contiene helado de cookies and cream  mezclado con salsa de vainilla; cubierto con crema batida y está acompañado por una dona azul con el rostro del monstruo come galletas de Plaza Sésamo y un panquecito del mismo personaje. Lo más genial es el trabajo que hacen en los vasos. Éstos son cubiertos con diferentes dulces lo que convierte al envase en parte del plato. No me puedo imaginar el tamaño de cocina que deben tener para preparar y guardar todas las cosas.

The Sugar Factory no es un restaurante de chef, pero la calidad y variedad de la comida es destacable. Les aseguro que después de una visita a este lugar, sus niños (y los adultos también) lo catalogarán como “el restaurante más feliz del mundo”.

http://sugarfactory.com/
1144 Ocean Drive, Miami.

Joanna Wurmann

Corresponsal Mujer y Punto Miami.
Te invito a seguirme en mi instagram @My_New_Life_in_Miami_

 

*Smores es un dulce norteamericano que consiste en un malvavisco y una capa de chocolate colocada entre dos pedazos de galletas.