You are currently viewing ¡Basta de Culpar a Tu Pareja! Toma el Control de tus Emociones

Por Joanna Wurmann

La vida en pareja es un viaje emocionante, pero a veces nos encontramos en medio de una tormenta, acusando a nuestra media naranja de ser el culpable de nuestros descontentos. “¡Tú me haces enojar!”, “¡Eres el causante de mi tristeza!”, exclamamos, convencidas de que sus acciones o falta de ellas son las responsables de nuestros sentimientos. Pero, ¿alguna vez te has detenido a pensar realmente de dónde vienen esas emociones que te abruman?

La verdad es que no son los acontecimientos en sí los que nos afectan, sino cómo los interpretamos. Esta idea puede sonar un poco a cliché, pero lleva consigo una profunda verdad sobre la naturaleza humana. Imagina que tu pareja no te llama en todo el día; mientras que a ti te puede invadir un sentimiento de abandono, otro puede verlo como un signo de confianza y autonomía. Entonces, ¿qué nos hace reaccionar de maneras tan distintas?

En el fondo, somos nosotras mismo quienes creamos nuestras propias emociones. Nuestra pareja no tiene el poder; nosotros lo tenemos. Actúan de cierta manera, sí, pero cómo eso se traduce en sentimientos es un trabajo completamente nuestro. Aquí entra en juego nuestro archivo mental lleno de creencias y experiencias que nos hacen ver las acciones de nuestra pareja bajo una luz única.

Cuando ellos hacen algo que no encaja con nuestro ideal, sentimos que algo dentro de nosotros se quiebra. No porque ellos lo hayan roto, sino porque nosotros esperábamos que encajaran en el molde que teníamos creado para ellos. Nos decimos a nosotros mismos que nuestras expectativas son justas y racionales, pero cuando no se cumplen, etiquetamos a nuestra pareja con todo tipo de adjetivos negativos. Y lo más duro viene cuando, a pesar de nuestras explicaciones, no cambian. Nos sentimos no amados, desconsiderados.

A lo largo de la vida, esas creencias que empezaron siendo personales se han convertido en nuestras verdades inamovibles. Y aquí radica el problema: esperamos que nuestra pareja se ajuste a estas “verdades”, y si no lo hacen, sentimos que nuestra relación está en peligro.

Pero aquí hay un giro interesante: nuestras emociones, aunque intensas, son más superficiales de lo que creemos. Son como olas que vienen y van, no siempre reflejan la profundidad de lo que realmente sucede. Por eso, tomar decisiones impulsadas por estas ráfagas emocionales puede llevarnos por caminos de los que más tarde nos arrepentiremos.

Entonces, ¿qué podemos hacer?

  1. Empezar por reconocer que somos los únicos responsables de cómo nos sentimos es un buen punto de partida.
  2. Entender que nuestra pareja no es un mago que controla nuestras emociones, nos libera de muchas cadenas y nos permite manejar nuestras relaciones de una manera más saludable y madura.

Abrirse a esta perspectiva no solo mejorará nuestra relación de pareja, sino que también nos hará más conscientes de nosotras mismas. Aceptar que nuestras emociones son nuestras, nos da el poder de cambiar la forma en que reaccionamos ante lo que la vida y el amor nos presentan. Así, aprenderemos a navegar las aguas turbulentas de las relaciones con más gracia, entendimiento y, sobre todo, amor propio.