You are currently viewing Bienvenidos a la reapertura del restaurante Galley en West Palm Beach

Hace un par de semanas me invitaron a conocer cómo estaban enfrentando la apertura el Hilton de West Palm Beach y el centro de entretenimientos, compras y comidas de Rosemary Square ubicado en el mismo condado. Así fue como tuve la posibilidad de conocer los desafíos y las soluciones que, hoteles y restaurantes, están experimentando para ajustarse a esta primera fase de la nueva normalidad  en el estado de La Florida.

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Cómo dije en el artículo anterior, los establecimientos están enfocados, principalmente, en la limpieza y seguridad de sus huéspedes y/o clientes. Temas como el distanciamiento social, el uso de mascarillas y de gel sanitizador y aseo profundo son centrales en este momento. Para todos ellos, no hay nada más importante que hacer que sus visitantes se sientan seguros y cómodos.

El restaurante principal de Hilton West Palm Beach, Galley, cuenta con un nuevo chef argentino. Desde noviembre, Guillermo Eleicegui junto con su equipo han cambiado la antigua propuesta por una enfocado más en el Family Style (se comparten los platos) y que cuenta con un menú de “Cocina global enfocado principalmente en las preparaciones argentinas”, como lo definió su creador. De hecho los fines de semanas, el jardín se convierte en una parrillada trasandina con cierta reminiscencia a los antiguos Carritos que había en la Costanera de Buenos Aires.

“A pesar de que ha sido desafiante y hemos tenido que aprender nuevas formas de hacer las cosas, este tiempo nos permitió hacer ciertos cambios que queríamos hacer, gracias al tiempo disponible”, nos comentó Eleicegui.

Nuestra noche comenzó con un tiradito de salmón acompañado de una emulsión de palta, mermelada de rocoto , salsa de soya y jengibre. Tal vez lo más interesante de este plato, además del increíble sabor del pescado es la presentación.  Para dar un toque ahumado a la proteína, previamente macerada con mantequilla de trufa, ésta viene dentro de una campana de vidrio, que permite concentrar el sabor, otorgándole un gusto a la vez penetrante y suave. Esta preparación aún no se encuentra aún en la carta, pues como lo mencioné en el párrafo anterior, el reconocido chef aún está probando propuestas nuevas para incluir, una vez que la cocina pueda ser abierta en su totalidad.

Después de esta maravillosa entrada, comenzamos con el festín argentino. Lo primero fueron las empanadas (aunque para mí las no hay mejores que las chilenas). En esta ocasión, el Chef Eleicegui nos dio a probar una variedad de aquellas que tiene en la carta: la clásica de carne (USD 8), brocoli cheddar(USD 7) y una de alcachofa con garbanzos (USD7). La masa era bien delgada, pero lo suficientemente firme para no romperse. Algo que a mi juicio hace que el plato sea más sabroso, pues el enfoque está más en el relleno que en la cobertura, aún cuando ésta es sabrosa, agregándole un sabor más.

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A continuación degustamos un delicioso choclo hecho a la parrilla a carbón, que tenía un agradable y suave picor y  venía acompañado de un dulce de micro albahaca (USD 8). Una perfecta mezcla del Corn on the Cob norteamericano cocido a la usanza argentina. Y aunque pueda sonar ridículo, creo que uno de los mejores momentos de nuestra degustación fue el pan. No con esto quiero desmerecer el resto de las preparaciones si no, por el contrario, resaltar la calidad de esta especie de pita hecha en casa, cuya masa se dejó reposar en hierbas.

Sentados en la bella terraza del restaurante, iluminados por la luz del fogón central, probamos algunas entradas frías. Muchas veces el calor del sur de La Florida no es buen compañero para los platos calientes, por lo que siempre me gusta, cuando tengo la posibilidad, agregar a mis comidas opciones con vegetales crudos. Aun cuando no califica en la descripción anterior, ya es un clásico encontrar en los lugares de cierta clase, la Burrata (USD16). Y a pesar de que no soy fanática del queso, ésta preparación me encanta. Sobre todo que ya se ha convertido en una especie de evaluación de mis peripecias restorantiles. En esa ocasión, venía acompañada de tomate en conserva, hinojo y media naranja grillada. La mezcla era muy interesante, creando un equilibrio entre la acidez y lo dulce de los ingredientes.

“Estamos buscando una identidad diferente… la idea es manejarlo como un restaurante independiente y no de hotel” nos comentó el chef Guillermo. Palabras que vimos reflejadas en los platos principales. Entre estos me gustaría recomendarles el Braised short rib (USD28). Esta carne después de asarse a la parrilla, se brasea y se sirve acompañada de una emulsión de papas, trufa rallada y vegetales. Con este tipo de cocción se logra un producto que es fácil de cortar y podrás prescindir del cuchillo ya que con el tenedor basta. Su sabor es muy intenso. “Salvaje”, como lo denominó nuestra mesera, debido a la procedencia de la res.

Y por último, para quienes gustan de los productos del mar, les recomiendo el Crispy Salmon (25USD). Como buena chilena sé reconocer un buen trozo de este pescado y destacar una sabrosa cocción. Éste viene acompañado de una trilogía de zanahorias (en puré, grilladas y como ensalada)y una deliciosa salsa criolla. Una mezcla muy interesante y de una gran belleza en su presentación. Simple, pero vale la pena.

Lo que sí, no se pueden perder es el postre. Tienen que probar el Oven Baked Cookie (USD 12). Cómo su nombre lo dice es una especie de galleta caliente servida en una fuente de fierro y que viene acompañada de helado de vainilla y salsa de caramelo. Una delicia para el paladar y que dejará contento y satisfecho hasta aquel que alega que no gusta de los dulces.

Creo que aun cuando Galley tiene limitada su cocina a solo dos cocineros, una parrilla y su horno a leña, va por buen camino en su “búsqueda de una identidad diferente y de convertirse en más un un restaurante independiente que uno de hotel”, como nos dijo su chef.

Galley
600 Okeechobee Boulevard, West Palm Beach

Joanna Wurmann
Corresponsal Mujer y Punto Miami