En tiempos de incertidumbre, ya sea por crisis económicas, desastres naturales, o situaciones personales complejas, nuestras emociones pueden desbordarse. Sentimientos de ansiedad, miedo y desesperanza pueden inundar uestra mente. Sin embargo, hay maneras de enfrentar estos desafíos y mantenernos centrados, resilientes y proactivos. Aquí te presentamos algunas recomendaciones para navegar estos tiempos difíciles:
- Enfócate en lo que puedes controlar: La sensación de impotencia es común en situaciones de crisis. Sin embargo, es vital reconocer que siempre hay aspectos de nuestra vida que podemos controlar. Ya sea nuestra rutina diaria, nuestros hábitos alimenticios, o simplemente la manera en que respondemos a los eventos, centrarnos en estos detalles nos proporciona una sensación de agencia y propósito.
- No te dejes dominar por el miedo, busca soluciones: El miedo puede ser paralizante, pero también puede ser un catalizador para la acción. En lugar de dejarnos llevar por pensamientos negativos, podemos utilizar esa energía para buscar soluciones creativas a los desafíos que enfrentamos.
- Limita tu exposición a las noticias: Estar informado es crucial, pero la sobreexposición a noticias negativas puede aumentar nuestra sensación de desesperanza. Es recomendable elegir fuentes de información confiables y establecer momentos específicos del día para informarse, evitando el consumo constante.
- Actúa en tu entorno cercano: Fomenta conexiones significativas con familiares, amigos y vecinos. Ayudar a otros o simplemente compartir tus sentimientos y preocupaciones con personas de confianza puede proporcionarte una sensación de pertenencia y apoyo.
- Recuerda que las circunstancias pueden mejorar: La historia nos ha mostrado que después de las crisis, a menudo vienen tiempos de recuperación y crecimiento. Mantener una perspectiva optimista y recordar que las situaciones pueden mejorar nos da esperanza y motivación para seguir adelante.
- Considera crear un fondo de emergencia: Si es posible, ahorrar un poco de dinero para emergencias no solo nos ofrece seguridad económica, sino también una sensación de tranquilidad al saber que estamos preparados para eventualidades.
- Evita el pensamiento polarizado: No todo es blanco o negro. Reconocer las áreas grises y mantener una mente abierta nos permite evaluar las situaciones desde diferentes perspectivas y tomar decisiones más informadas.
- No saques conclusiones apresuradas: Es fundamental no dejarnos llevar por suposiciones sin base o temores infundados. Tomarse el tiempo para analizar la situación y buscar información confiable antes de tomar decisiones es clave.
Concluyendo, enfrentar desafíos emocionales requiere esfuerzo y autocompasión. Siguiendo estas recomendaciones, podemos mantener una perspectiva equilibrada, evitando caer en patrones de pensamiento destructivos y navegando los tiempos inciertos con resiliencia y determinación.
Joanna Wurmann, Editora Mujer y Punto