You are currently viewing Los efectos psicológicos del alcohol que quizás no conocías

Cuando disfrutamos de un cóctel, es frecuente percibir cómo el alcohol influye en nuestro estado mental. En pequeñas cantidades, puede hacernos sentir más alegres, audaces y sociables. Sin embargo, los efectos psicológicos del alcohol van más allá del simple bienestar momentáneo.

1. Estrés
Es común recurrir al alcohol en momentos de estrés, aunque esto podría empeorar la situación. El consumo de alcohol incrementa a largo plazo el cortisol, la hormona del estrés de nuestro cuerpo, afectando así el estado de ánimo y los niveles de energía. Esto puede mermar la capacidad del organismo para gestionar la respuesta al estrés, lo que conduce a la ansiedad, la depresión y otros trastornos. Además, el alcohol puede convertirse en un sustituto poco saludable de métodos de manejo del estrés más beneficiosos, como el ejercicio, la socialización, la terapia y las actividades creativas. Al prescindir de estos aspectos vitales de nuestra salud, podemos volvemos irritables, lo que a su vez impactaría nuestras relaciones y, en consecuencia, nuestro estado de ánimo y felicidad en general.

2. Depresión
El alcohol estimula temporalmente los neurotransmisores asociados con las sensaciones de placer y felicidad. No obstante, con el tiempo y el aumento en la frecuencia del consumo, estos neurotransmisores no producen el mismo efecto eufórico y se agotan en el cerebro cuando este se encuentra en estado sobrio. La reducción de la disponibilidad natural de estos neurotransmisores incrementa el riesgo de depresión.

Alcoholismo en la pareja
 

3. Ansiedad
El alcohol también afecta al neurotransmisor GABA, conocido por generar sensaciones de calma en el cuerpo y facilitar el sueño. Este efecto podría reforzar un patrón de consumo al asociar el alcohol con sensaciones agradables. Sin embargo, el exceso de alcohol agota el GABA, lo que puede provocar ansiedad y desencadenar ataques de pánico, incluso en personas que normalmente no los experimentan.

4. Ira y agresión
Hay una fuerte conexión entre el consumo de alcohol y la agresión. El alcohol limita nuestra atención, dificultando ver el panorama general y facilitando el enfocarnos en detalles menores que normalmente pasaríamos por alto. Además, interfiere con nuestro funcionamiento ejecutivo, que es el responsable de controlar nuestros impulsos, planificación y toma de decisiones. Este efecto puede llevarnos a tomar acciones riesgosas, poner en peligro a otros o a nosotros mismos, o participar en comportamientos de los que luego podríamos arrepentirnos.

Reflexión final
Mientras que el consumo de alcohol puede parecer una forma inofensiva de diversión en el momento, es crucial ser conscientes de sus efectos psicológicos a largo plazo. La moderación es esencial cuando se trata del consumo de alcohol. Si se presentan desafíos relacionados con la dependencia del alcohol o sus efectos en la salud mental, considerar la búsqueda de alternativas es un paso prudente.

Existen numerosas maneras de manejar el estrés y mejorar el ánimo sin recurrir al alcohol, tales como la meditación, el ejercicio y la práctica de la respiración profunda. Para aquellos interesados en disminuir su consumo de alcohol, el mercado ofrece una amplia gama de opciones de bebidas no alcohólicas que no comprometerán el estado mental ni generarán sensación de privación. Optar por estrategias saludables de manejo del estrés y de promoción del bienestar general puede tener un impacto significativo en nuestra calidad de vida, sin los riesgos asociados al consumo de alcohol.