¿Te preguntas qué tipo de ejercicio es el mejor para hacer por la noche? No hay necesidad de abandonar tu rutina de ejercicio antes de acostarte si la noche es cuando tienes tiempo libre. Sin embargo, podrías necesitar hacer algunos ajustes si descubres que no duermes bien después de una sesión de entrenamiento nocturna.
Investigaciones recientes sugieren que el ejercicio de intensidad moderada es ideal para los noctámbulos deportivos. Este tipo de actividad no solo ayuda a mejorar la calidad del sueño, sino que también potencia la recuperación después del ejercicio. Para tener una idea, considera una intensidad de 5 a 6 en una escala del 1 al 10. Esto puede manifestarse en actividades como caminar rápido, ciclismo ligero, Pilates, yoga, o entrenamiento con bandas de resistencia.
Si eres más del tipo de alta energía, no te preocupes. Los estudios indican que los ejercicios de alta intensidad realizados dos a cuatro horas antes de dormir no afectarán la calidad del sueño. Eso sí, intenta terminar tu actividad física al menos una o dos horas antes de ir a la cama para asegurarte un descanso adecuado.
La higiene del sueño también juega un papel importante en la calidad de tu descanso. Esto puede incluir recibir luz natural durante el día, limitar la cafeína a partir de la tarde y mantener un ambiente relajante antes de dormir, como una habitación con una temperatura agradable y poca luz.
Después de tu entrenamiento, no olvides la importancia del enfriamiento. Una serie de estiramientos o ejercicios de relajación pueden ayudar a tu cuerpo a hacer la transición hacia un estado más tranquilo, preparándote para un sueño reparador. Una ducha tibia puede ser la guinda del pastel, ayudando a tu cuerpo a liberar el calor interno y a bajar tu temperatura corporal, preparándote para un sueño de calidad.
Entonces, si la noche es tu momento para hacer ejercicio, adelante. Simplemente, toma algunas precauciones para asegurarte de que tu sueño sea tan reparador como tu entrenamiento.
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